¡Ese personaje no existe!

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En un mes, nada había cambiado. Shen Yuan como todo un niño mimado y flojo no había descubierto nada, lo único que sabía era lo del lago. Incluso los dioses habían perdido la fe en él.

Ahora por fin se encontraba 100% recuperado, tanto Shen Qingqiu, Yue QingYuan y Mu QingFang se veían muy tranquilos y animados. Pero era Shen Qingqiu el que se veía más tranquilo y feliz, aunque su rostro no era de dar a conocer sus emociones, para él las acciones hablan más que mil palabras y más que mil expresiones.

Durante ese mes, Shen Yuan pudo salir un poco más, aunque siempre acompañado (era obvio ya que era un niño). Podía ir de la casa de Bambú hasta el lago y del lago hasta la casa de Bambú...maldita estafa. Bueno, al menos ya no se podría considerar un prisionero.

Sistema antes de volver a desaparecer (maldito sistema) le había dicho que podía disfrutar su nueva vida como un niño, ya que su papel no se activaría hasta que el prota hiciera su primera aparición, por lo que podía concentrarse en otras cosas y buscar más tramas ocultas sin restricción.

【Anfitrión puede hacer lo que quiera hasta que el prota aparezca, faltan unos años, por lo que puede disfrutar antes de su sufrimiento (ノ◕ヮ◕)ノ*.✧】

Esas fueron las palabras de ese bendito sistema con voz de Google Traductor antes de volver a desaparecer, eso se estaba volviendo un hábito de parte del sistema. Además al recordar la palabra "sufrimiento" un escalofrío recorrió por su espalda...eso ya le estaba dando miedo.

Aunque decir que ese mes no había sido productivo, era mentira.

Había podido conocer a los demás señores de pico en una de las reuniones que su padre lo había llevado. Estos al verlo llegar junto a Shen Qingqiu, saltaron sobre él con regalos en mano, el fastidio no tardó en llegar al rostro de Shen Qingqiu. Al parecer el bello rostro de Shen Qingqiu solo podía mostrar tres estados de ánimo: su enojo, fastidio e incomodidad, aunque mayormente mantenía su cara de poker.

Yue QingYuan tuvo que intervenir y calmar a sus emocionados Shidis y Shimei, estos un poco decepcionados tuvieron que alejarse de Shen Yuan, aunque los regalos lograron llevar a las manos del pequeño.

-Que bueno que Xiao Yuan se haya recuperado- Qi QingQi era la única mujer entre todos los presentes, la única que tenía la intención de hablar y permanecer cerca a él y su padre, mientras que los demás se habían sentado. Pero claro, ella no tenía una buena relación con Shen Qingqiu, simplemente estaba preocupada por el estado del menor.

Como lo había pensado, Mu QingFang al parecer no había dicho nada sobre lo sucedido.

A todos los presentes de esa habitación les había llegado el rumor por parte de algunos discípulos de Qing Jing que Shen Yuan había enfermado de manera repentina, aunque estos parecían no tragarse ese cuento y desconfiaban de Shen Qingqiu por su mala reputación y los rumores que lo rodeaban. Pensaban que esa repentina enfermedad tenía que ver directamente con las acciones maliciosas de Shen Qingqiu, ese hombre podría hacerlo sin problemas, de seguro no le importaría quien fuera, incluso si era su hijo.

Este pensamiento irritaba a Shen Yuan. No podían pensar esas cosas de su amado padre tsundere (sí, ahora era su padre y lo amaba. Tal vez por estar en el cuerpo de un niño, se estaba volviendo en uno, y uno muy sentimental). Aunque en algún momento él en su ingenuidad y por la escritura hecha por un niño de primaria había pensado algo similar, pero en estos momentos se arrepentía y sentía un poco de empatía por los señores de pico.

A pesar de ser los grandes maestros inmortales, cada uno a cargo de un pico de la gran y poderosa secta Cang Qiong, maestros experimentados y con un alto poder espiritual, parecían ser personas muy ingenuas que se dejaban llevar por rumores que un montón de mocosos les dijeran, sin siquiera tomarse el tiempo de pensar y cuestionarse a sí mismos. Avión sin duda había hecho un gran trabajo en crear personajes que eran fuertes pero su inteligencia no podía ir más allá que la del protagonista.

La Autosalvación de los hermanos ShenWhere stories live. Discover now