Quizás olvidados

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Esta es la segunda parte de Desempolvando Memorias, si no has leído la primera parte, te recomiendo verla!

George entró a su habitación con los implementos que se necesitan para limpiar su habitación para repasar todo el contorno con ellos.

La habitación de George estaba conjunta con la habitación de Player, si se observa desde una perspectiva esta dividida en la mitad, un lado para él y otro lado para el agente.

El cuarto de George se componía de cosas muy similares de otras habitaciones, tenía una maleta de color azul oscuro, una mesa de noche igual a las otras, una cama con tendido azul y un armario en el que hay colgada una camisa azul y donde podemos observar un sombrero de policía.

La foto que hay arriba de la maleta azul puede justificar ese sombrero. Una foto que a simple vista debería estar del lado de Player, y no de George, estamos hablando de la foto de Doggy y Poley en la estación de policía.

Los dos agentes, que hasta el día de su infección lucharon por el bien común. Dos héroes memorables, inolvidables.

Y quizás olvidados por mucha gente.

Pero el asunto en este momento no era ese.

El cerdo empezó a pasar el trapo con las maderas de los objetos que estaban en el cuarto, empezando por el armario, levantó el sombrero de policía para poder quitar el polvo que había en su base y después siguió con las tablas que estaban verticalmente. George sintió algo de tristeza mientras realizó esto,  le recuerda en las épocas en que su madre le exigía asear su cuarto.

Después de esto, siguió con su cama, empezó a limpiar el marco muy cuidadosamente, pues le parecía muy satisfactorio tener que sacarle el polvo a una tabla grande y polvorienta, George sintió algo de tranquilidad.

Ahora tendría que hacer el mismo trabajo en su mesa de noche, realmente no le gustaba esa idea y le generaba pereza, pero si no lo hacía Mimi lo pondría a trabajar una semana entera en el edificio, así que era mejor realizar la labor si no quería quedar agotado de por vida.

Con una cara de aburrimiento, George paso el trapo encima de la pequeña mesa, afortunadamente esta no tenía encima pero lo que generaba un peso en su espalda era abrir los cajones y encontrar las cosas para sacarlas y limpiar.

George abrió el primer cajón y encontró su diario con la portada boca abajo. Decidió darle una pequeña ojeada para quitar un poco su mente del trabajo.

Lo abrió en una de sus primeras paginas y leyó:

Querido Diario:

Hoy mi familia fue a una prueba de una cura que no se para que sirve o por que quieren probarla.

Penny me había contado que Mamá, Papá y ella iban a ofrecerse para eso. Yo les dije que no quería ofrecerme, por que no quería que la cura me hiciera daño o me muriera por eso, además, no me daba confianza la persona que estaba con la iniciativa. Mi hermana y mi padre se rieron y me dijeron que dejara de ver tantas películas de terror y que viera la realidad. 

¿Estaré haciendo lo correcto?

George dejó de leer esa nota y pasó hojas mas adelante

Querido Diario:

Hoy mi hermana empezó a comportarse muy extraño, no se que fue lo que sucedió o si estaba muy enojada conmigo, pero sus actitudes eran demasiado raras, ¡Intentó pegarme con un bate y me persiguió por toda la casa! Pero desde el fondo sabía que esa no era ella, y cuando la vi a los ojos se justificó todo, esas no eran sus pupilas. Se que las pupilas de mi hermana no son tenebrosas ni nubladas.

Pasó otras paginas mas y seguía leyendo

Hoy busque a mis padres pero ellos intentaron matarme

Seguía pasando.

Escapé del callejón mientras había mas personas que también querían matarme

Y seguía

¿Qué esta sucediendo con todos? 

Seguía

Es como una enfermedad contagiosa

Seguía

Infección

Seguía

Toda mi familia está infectada

Seguía

Un robot intento cortar mi cabeza con una motosierra

Seguía

Conseguí un refugio en el Mall para esperar a que despierte

Seguía

Siento miedo

Seguía

Terror

Angustia

Desesperanza

Seguía...?

SUFICIENTE

Fue esa palabra la sonó en su cabeza como un grito que fue lanzado desde el mismísimo infierno.

George cerró violentamente su diario y lo tiró contra el suelo, se sentía estresado, ansioso, acabado. Unas pocas lagrimas corrieron por su cara y sus pupilas brillaban por el agua que tenía en sus ojos, solo cogió el trapo y limpio rápidamente el cajón, patrocinado de la tristeza que caía de el.

- ¿Esta todo bien? - Preguntó Player, que escuchó el ruido que había causado cuando tiró aquel libro al suelo.

George respiró para poder dirigir claramente sus palabras.

- ¿Cuándo lo ha estado? - Respondió con voz apagada mientras mas lagrimas caían de sus ojos.

Player corrió a envolverlo en brazos y a ofrecer su hombro como paradero de su tristeza. Miró de reojo el cuadro de Poley y Doggy.

- Desde que inició esto... - Un sollozo lo interrumpe - Desde que inicio todo esto lo único que he sentido son emociones negativas, culpas y otras cosas que no se explicar. - La voz de George temblaba demasiado que a duras penas Player pudo comprender lo que quería decir.

- Lo sé, todos sentimos lo mismo que tú, la infección ha sido un golpe duro para todos nosotros - Respondió Player sin despojar al cerdo del abrazo - Es difícil perder a un amigo, a un ser querido, a una persona, y por eso no podemos hacer nada.

Player se detuvo, sus palabras solo causaban que el ambiente se pusiera mas tenso, la verdad no sabía como alentarlo.

Pero lo que necesitaba George no quería que le dieran ánimos y esperanzas falsas, lo que él quería era comprensión y un hombro sobre el cual pudiera llorar.

- No lo entiendes - dijo después de un largo silencio soltando un poco sus brazos - Tu no fuiste testigo de como tu familia era dominada por ese espíritu psicópata que te hace perder la conciencia el cuerpo, es como si los vieras morir.

- No vi a mi familia, pero si vi a muchos amigos y grandes personas ser infectadas - respondió con una voz clara pero su interior empezaba a entristecerse. Player miró de reojo el cuadro de los dos policías nuevamente, luego respiró y finalmente dijo - Tengamos la esperanza y la fe de que pronto encontraremos la cura, mientras tanto, hay que seguir adelante, George.

El cerdo apretó mas los brazos para volver el abrazo mas acogedor, mientras  entre el silencio se escuchaban los sollozos y las lagrimas de sus ojos siguieron cayendo.

Crónicas de la Zona SeguraWhere stories live. Discover now