Capítulo 11

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Elvira pasó su mano por la mejilla de Bruno, acariciándole y acercándolo más a ella para poder besarlo mejor.

La barba de Bruno rozaba contra su piel y era de las sensaciones más placenteras que había tenido en toda la vida, ambos labios se movían en un vaiven sincronizado y apasionado.

Bruno la tomó de la cintura jalandola despacio contra él sin dejar de besarse, hasta que este de pronto paró el beso

—Elvira...—Miró a la mujer que tenía la cara roja, la mirada relajada y la respiración agitada—Esto está mal...

La expresión de Elvira cambió completamente a una de tristeza

—No, no, no te pongas triste—La tomó del mentón levantándolo para que lo viera—Es sólo que, estás ebria y mañana puedes ya no estar de acuerdo con este beso—Acarició el corto cabello de la mujer—Créeme que quiero besarte, quisiera besarte toda la noche, pero no es correcto hacerlo mientras estás ebria

Elvira lo miró, Bruno también estaba sonrojado a causa de la situación y porque también estaba muy borracho, sus ojos grandes brillaban en la poca iluminación y su respiración estaba agitada también

—¿Puedo abrazarte?—Dijo la mujer despacio

Bruno la jaló mientras la abrazaba fuerte y esta se acurrucaba en sus brazos

—Eres la primera persona que no se aprovecha de mi en este estado—Los ojos de Elvira se fueron cerrando durmiendose en los brazos de Bruno

Este la miró preocupado ¿A qué se refería? ¿Alguien le había hecho algo malo en el pasado? ¿Quién se habría atrevido a tocarle un solo cabello a la fuerza?

Bruno comenzó a tener más preguntas y de pronto vio como Elvira dormía acurrucada a él, como sí se  sintiera protegida en sus brazos

Bruno tenía muchas preguntas y muchas emociones revueltas, tantas que sentía que se iba a volver loco, se sentía culpable por haber correspondido al beso de Elvira mientras estaba ebria y también se sintió culpable de ilusionarse con ella,  teniendo 28 años.

Aunque ambos ya eran adultos, sabía que el pueblo hablaría mal sí es que algún día se concretara la relación.

También se sentía emocionado por aquel beso, fue tierno e intenso al mismo tiempo y el sentir las manos de Elvira acariciando su rostro lo volvía loco

Miró a Elvira, que dormía de forma pacífica en sus brazos, así que él también comenzó a cerrar sus ojos, quedándose profundamente dormido.

Elvira despertó con un terrible dolor de cabeza, mientras volteaba su mirada a una mesita que había al lado y veía a un montón de ratoncitos dormidos ahí

—Ay, que lindos—Exclamó despacio tocandose la cabeza y de pronto abrió los ojos de golpe

Sí había ratones en la habitación, significaba que era la de Bruno, miró a todos lados mientras confirmaba que era la habitación del canoso, vio que al lado de ella estaba la ruana de este y empezó a escuchar unas voces afuera del cuarto

—Eres muy tarado, Bruno—Pepa caminaba al lado de su hermano quien la miró ofendido—Ni me veas así que es verdad, ayer te embriagaste, te caíste, dijiste muchas cosas raras y hasta te vomitaste enfrente de Elvira ¿Qué impresión crees que le diste?—Ambos comenzaron a subir las escaleras

Bruno comenzó a reír muy nervioso y apenado sin decir nada

—No te rías—Pepa le dio golpecitos en el hombro con el ceño fruncido

—No me estoy riendo porque me haga gracia, si no porque estoy avergonzado—Miró a su hermana para que le tuviera compasión—No sé que hacer

—Eso debiste pensarlo antes de ponerte a tomar como sí se acabara el mundo—Pepa manoteó mirandolo algo molesta—Hermano, te amo, pero deja de ser tan tonto con esa mujer, sí te gusta, haz las cosas bien

Nuestros Ojos Where stories live. Discover now