Capítulo 18

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Elvira iba caminando por las oscuras calles del pueblo, abrazándose sola pues estaba algo frío mientras sentía culpa por lo que había pasado en la casa Madrigal.

Le desconcertaba demasiado el que al principio, cuando Alma la conoció se haya comportado como una mujer dulce que incluso ella misma la había acercado a Bruno, y ahora que ella y Bruno ya están juntos, Alma se ponía furiosa. Realmente no entendía la actitud de Alma

Iba metida en sus pensamientos cuando escuchó que alguien le hacía un sonido.

La mujer volteó con cierto pánico mirando entre las calles y árboles sin encontrar nada

—¿Con qué tu plan desde el principio era poner tus garras en Bruno Madrigal?—Habló una voz masculina mientras Elvira trataba de buscar con su vista quien era—No sabía que eras de esas mujeres—Era Álvaro, quien dio unos pasos

Elvira lo miró con temor mientras retrocedía

—¿De esas mujeres?—Preguntó temerosa e igualmente ofendida

—Te escondes bajo esa fachada de mujer comprensiva pero en realidad eres alguien muy ambiciosa que a fuerza quieres tener el poder de estar con los Madrigal

—¿Qué le pasa?—Contestó ya enojada—Usted y yo solamente hablamos una vez, no veo razón por la que me esté ofendiendo

—Intenté cortejarte, Elvira—Álvaro la tomó del mentón con fuerza—Eres un poco tarada, yo también tengo riqueza y fortuna, podías haberte ido conmigo desde el principio

—¡Suelteme!—Elvira lo empujó, estaba asqueada del tacto de Álvaro y muy enojada de todas las calumnias que este le decía—¿Qué le hace pensar que solo quiero dinero?

—¿Por qué otra razón estarías con Bruno?—Respondió burlón—El tipo es muy raro y...

—¡Bruno es un gran hombre!—Gritó Elvira, no iba a permitir que Álvaro hablara mal de su novio

Álvaro solo se rió sarcástico mientras empujaba a Elvira a una pared, tomandola de las mejillas con una sola mano. Esta dio un quejido de dolor mientras miraba con terror a Álvaro y sentía sus lagrimas salir

—¡Suelteme!—Dijo entre lágrimas—Suelteme o voy a gritar

Álvaro dejo de tomar las mejillas de Elvira tapando su boca con su mano mientras que con su antebrazo la retenía en la pared, mientras que con su mano libre comenzaba a subir la falda de Elvira tocando su pierna de forma asquerosa

Las lágrimas de Elvira aumentaron juntos con sus quejidos de desesperación al sentir el tacto inmundo de Álvaro. La mujer quería vomitar al sentir tan repugnante toque

—Eres muy bonita, pero eres muy necia y a las mujeres como tú se les deben hacer las cosas a la fuerza—Álvaro le besó el cuello a fuerzas mientras esta se trataba de mover para zafarse

Elvira solo pensaba en su desesperación que otra vez iba a suceder lo que sucedió hace tantos años... Ella ya no iba a poder soportar el dolor que trae un abuso...

La mujer comenzó a sentirse asfixiada por la presión del antebrazo de Álvaro en su pecho y con las pocas fuerzas que le quedan, soltó un golpe con su pierna que fue a dar a la entrepierna de Álvaro

Este la soltó de inmediato y Elvira sintió el aire de nuevo en sus pulmones

Álvaro comenzó a insultarla mientras se retorcía en el piso y esta comenzó a correr mientras lloraba directo a su casa.

Fueron unos minutos corriendo que se le hicieron eternos, cuando llegó abriendo la puerta con desesperación y las manos temblorosas.

Logró entrar cerrando con llave mientras sus gatos se levantaban y se acercaban a ella con preocupación

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