Londres ⩥ Kepa Arrizabalaga ⩤

⩥Capítulo 30⩤

23 de octubre de 2021.

—Entonces, ¿se lo vas a decir hoy?

—Sí, porque creo que se está empezando a dar cuenta de que le estoy ocultando algo.

—Normal, llevas nervioso desde que nos dijiste la idea que habías tenido— comentó Reece al ver a su amigo.

—Así no ayudas, amigo.

—Vamos a dejar al pobre Mason tranquilo— intervino Kepa— que ya que está nervioso nosotros no vamos a venir nosotros a provocarle más.

—El único que merece la pena de este vestuario— respondió el británico señalando al vasco— Bueno y Kai a días.

—¡Eh! Que yo no he abierto la boca en este asunto— espetó divertido el alemán al ver como le habían incluido en aquel pack— Pero gracias, Mase.

—¿Qué está pasando aquí? Y por qué yo, como capitán de este equipo que soy, no me estoy enterando— comentó César al llegar al vestuario.

—Pues verás. Te lo voy a contar— comenzó a decir Reece.

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—Pero, bueno, Mase, no te te esperaba aquí— saludó sorprendida Brooke al ver a su hermano allí.

—Lo sé— contestó abrazándola— Vengo a ver a Michelle; quiero hablar con ella.

—¿Me estás ocultando algo?

—¿Bajamos y te lo explico?

—Está bien. Voy a avisarla que está en la ducha. Ahora vuelvo.

Tal y como había dicho en menos de dos minutos Brooke ya se estaba reuniendo de nuevo con su hermano. Los dos bajaron en el ascensor hasta la planta baja para salir del edificio y echar a andar por la zona sin irse muy lejos.

—Cuéntame, ¿qué pasa?

—Creo que lo mejor es que te lo diga sin rodeos— tomó aire para después confesarle todo a su hermana— Le voy a pedir a Michelle que se venga a vivir conmigo, pero estoy aterrado.

Brooke se paró en seco en mitad de la acera; acto que provocó que Mason retrocediese hasta acabar a la altura de la chica. La observó, estaba totalmente perpleja. Aquellas palabras eran las que menos se esperaba, en ese instante. Segundos después la joven salió de su asombro y se lanzó a los brazos del mayor de los hermanos. Estaba muy orgullosa del paso que iba a dar.

—Brooke, agradezco mucho el abrazo, pero dime algo por favor. Estoy muy nervioso ya como para que tú ahora no me digas lo que piensas.

—Pues, ¿qué voy a pensar? Que estoy muy feliz ya no solo por ti, por los dos y la vida que estás construyendo junto a ella. Para mí, ella es como una hermana y que, estéis juntos para mi es felicidad pura.

—¿De verdad?

—Claro, Mason. No te voy a engañar. Me hace muy feliz que hayas decidido que dar este paso, de verdad— sonrió la pequeña.

—Gracias, Brook. En serio. Tu opinión para mi es muy importante y que me apoyes en esto es fundamental. ¿Crees que va a salir bien?

—Por supuesto que va a salir bien. Os conozco a los dos y sé que va a salir todo rodado. Y, respecto a la proposición, tranquilo. No pienses que Michelle te va a decir que no porque te quiere muchísimo y quiere seguir a tu lado hasta el último de sus días.— dijo acariciando el brazo del mayor su hermano.

—Creo que va siendo hora de subir de nuevo. Cuanto antes lo haga, más tranquilo estaré... o muerto porque me ha dicho que no, nunca se sabe.

Entre risas los dos hermanos Mount regresaron sobre sus pasos para acabar donde todo había comenzado: el apartamento el cual compartían las tres jóvenes. Al entrar por la puerta de toparon con Michelle ya preparada.