Capítulo 10

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Nuestros otros cuatro compañeros de vuelo están riendo al frente y sus ojos se mueven hacia allí, luego de nuevo a mí. Estoy totalmente consciente de su mirada mientras presiono en su palma con mis pulgares, empujando con fuerza en el tejido hasta que siento el pequeño nudo que encontré desvanecerse. Sigo masajeando y buscando más, pero no puedo encontrar ninguno, así que me muevo a su muñeca.
Tiene la muñeca más amplia y más robusta que he visto nunca, y su antebrazo está fuertemente construido y con venas gruesas que corren por su brazo. Sostengo su mano mientras giro su muñeca, y me pierdo en el movimiento de su articulación, perfectamente móvil. Masajeo su antebrazo luego su bíceps, los cuales se endurecen y aprietan para mí. Cierro los ojos y trabajo profundamente dentro del músculo. De repente, el brazo detrás de mí se retira, y su mano se curva alrededor de mi nuca. Se inclina y susurra-: Mírame.

Abro los ojos para ver que sus ojos están brillando, y se ve perfectamente divertido. Creo que sabe que me estoy poniendo un poco ansioso. Quiero dejar caer su brazo y retorcerlo, pero no quiero que sea demasiado obvio, así que lo bajo con cuidado y sonrío.

-¿Qué?

-Nada -responde, mostrando sus hoyuelos-. Estoy impresionado. Eres muy meticuloso, Louis.

-Lo soy. Y espera hasta que llegue a tus hombros y la espalda. Podría tener que pararme sobre ti.

Ladea una ceja oscura y se ve sumamente entretenido.

-¿Cuánto puedes posiblemente pesar?

Le guiño. -Parezco delgado, pero aun así tengo un poco de músculos.

Se mofa, luego inclina la cabeza con curiosidad mientras se acerca a mi brazo y agarra mi pequeño bíceps entre dos dedos. Afortunadamente, se mantiene firme cuando lo aprieta.

-Umm -dice, sus ojos bailando con alegría.

-¿Qué? ¿Qué significa "Umm"? -insto.

Descaradamente, agarra mi mano y envuelve mis dedos alrededor de su bíceps completamente afectan tes, musculosos y sexy. Ni siquiera lo flexiona, pero su piel suave y firme bajo mis dedos me deja sin aliento. Él es tan... alfa. Mostrándome su bíceps. Me doy cuenta de que está mirándome, y sus ojos verdes brillan con intensidad juguetona. Me muerdo el labio inferior en respuesta.

Ya que mi trabajo requiere tocarlo, mucho, se sentiría un poco extraño para mí retirar mi mano. Así que en su lugar, le doy un pequeño apretón con los dedos. Es como palpar una enorme roca sin absolutamente hacerlo. En lo absoluto.

-Umm -digo con mi mejor cara de póquer, tratando de ocultar las emociones en mi interior. Estoy deshecho. Completamente deshecho. Cada órgano sexual en mí está despierto y dolorido. Mis instintos de apareamiento genéticamente inducidos están en plena atención, rugiendo dentro de mí.

Se ríe y pasa la mano por la longitud de mi brazo desnudo de nuevo.
Mete sus dedos bajo la manga de mi camisa y los desliza sobre mis tríceps en la parte posterior del brazo. Sus ojos destellan diabólicamente porque sabe que me tiene totalmente. Esta es una de las peores partes para mí, un lugar donde la grasa corporal se puede medir con un simple pellizco.

No hay un solo lugar en su cuerpo en el cual yo podría conseguir incluso una pizca de grasa. Probablemente consume doce mil calorías al día para mantener su masa muscular esbelta.

Sus dedos todavía están allí, bajo la manga, tocando mi piel. Tiene esa sonrisa juguetona en su rostro, sus ojos bailando por la travesura, e incluso la atmósfera ha cambiado hasta que siento que no sólo nosotros somos muy conscientes de nuestros cuerpos, sino que las otras personas en el avión lo son, también.

-Umm -dice él, suavemente, y finalmente me da un pequeño pellizco.

Ambos nos reímos. Aclaro mi garganta y me enderezo, incapaz de soportar más contacto. Me siento peligrosamente mareado y definitivamente no estoy feliz por eso. Así que saco mi iPod y mis auriculares de la pequeña bolsa de viaje que llevo y la ubico en mi regazo. Él los mira fijamente, luego arrebata mi iPod, conecta sus auriculares y empieza a ir a través de mi música, entregándome la suya. Busco a través de su selección, y aborrezco absolutamente todas sus canciones. Él está en el rock puro, dejo caer mis auriculares y agarro mi iPod de nuevo.

-¿Quién puede relajarse con eso?

-¿Quién quiere relajarse?

-Yo quiero.

-Aquí. -Me entrega su iPod otra vez-. Debo tener algo de música suave para ti. Escucha una de las mías y yo escucharé una de las tuyas.

Está seleccionando una canción de su propio aparato, así que yo busco una que me guste en el mío, y elijo una llamada "Love Song" de Sara Bareiles, que es básicamente un omega diciéndole a un alfa que él no va a obtener nada. La reproduzco para él.
Mi amor por las canciones del poder omega es casi legendario.
Viejo y nuevo. Es todo lo que mis amigos y yo escuchamos.

Así que luego me pongo mis auriculares para ver cuál eligió él para mí, y algo pasa con mi cuerpo cuando escucho las primeras palabras de la canción, Y me doy por vencido a tocarte para siempre... la canción "Iris" de Goo Goo Doll.

Y me doy por vencido para siempre tocarte...
Porque sé que de alguna forma me sientes...
Eres lo más cercano que he estado al cielo y no quiero irme a casa justo ahora...

Agacho la cabeza para que no se dé cuenta que me estoy sonrojando y casi tengo que obligarme a no pausarla porque se siente insoportablemente íntima.
Escuchar esta canción.
La que extrañamente eligió para que escuchara.

Pero no me animo a pausarla. Incluso cuando se inclina hacia adelante para ver mi expresión. Su rodilla roza la mía, y el punto de contacto arde a través de mí mientras la canción sigue derramándose en mi oído.

Y no quiero que el mundo me vea, dice, pero quiero que tú sepas quien soy...

Creo que ni siquiera estoy respirando, ni siquiera sé si puedo.
Él también está escuchando mi canción, y sus ojos están tan cerca de los míos cuando lo miro, puedo contar cada una de sus oscuras pestañas puntiagudas. Juro que sus iris son más verdes que las esmeraldas.

Sus labios se retuercen con humor, y sacude su cabeza con lo que creo es una risita. Una risita. Obviamente no puedo oír porque estoy escuchando el final de "Iris", la cual escuché por primera vez en la película City Of Angels y la cual también me hizo llorar, como, por días. Un chico se rinde, literalmente, para siempre a estar con la chica de la cual se enamoró, y algo trágico pasa, como en una película de Nicholas Sparks.
Cuando el silencio le sigue al final, lentamente me saco los auriculares y le devuelvo su iPod.

-Ni siquiera sabía que tenías canciones lentas ahí -murmuró, totalmente comprometido en una nueva conversación con mi propio iPod, mientras me lo devuelve.

Su voz es baja e íntima.

-Tengo veinte mil canciones, todo está allí.

-¡No! -digo automáticamente sin creerle mientras me vuelvo a verificar, y es verdad. Ni piensa que es el mejor porque tiene diez mil, y voy a tener que decirle que ciertamente no lo es.

Y ahora, lo que no puedo olvidar es que, de veinte mil canciones, ¿reprodujo esa para mí?

-¿Te gustó? -Sus ojos me atraviesan, y sé que puede ver mi sonrojo, no puedo evitar eso.

Asiento.

Mi iPod se siente más caliente de lo usual mientras nerviosamente empiezo a jugar con él, y me niego a pensar que es por su mano. Pero es por su enorme, con cicatrices, bronceada, hermosa mano. Mis mejillas arden incluso más, trato de hundirme en mi propio mundo musical.

Ocasionalmente, durante el vuelo, me pasa sus auriculares e iPod, y me hace escuchar una canción, y yo busco una para él. No sé qué pasa conmigo, pero cuando me sonríe con esa sonrisa perezosa que muestra sus dos hoyuelos, escuchando todas las canciones del poder omega que elijo para él, como "I Will Survive" de Glorya Gaynor, quiero derretir me, especialmente cuando al mismo tiempo, el diablo sonríe con malicia, y parece decidir meterse conmigo mientras se reproduce "Love Bites" de DefLeppard para mí.

Muero cuando el poderoso sonido de golpes de su Dr. Dre se derrama en mis oídos, empujando las bajas voces masculinas tan dentro de mi cuerpo, cada palabra sexy parece latir descaradamente en mi entrepierna.

Las palabras son tan crudas y carnales, que me hacen pensar en él y yo, tocando, besando y amando... y no me gusta que por una fracción de un instante, incluso creo que eso es exactamente lo que él quiere que yo crea.


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