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Narrador omnisciente

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Narrador omnisciente.

Tengo miedo.- Dijo el pequeño Camilo quien frotaba sus manos por los nervios. -¿Qué pasa si no consigo un don?

— Eso no sucederá Camilo, estoy segura.- Dijo la mejor amiga del Madrigal, quien trataba de calmarlo.

Hoy era una noche muy especial para la familia Madrigal, el pequeño Camilo Madrigal obtendría su don y esto emocionaba a todo el pueblo.

— No quiero decepcionar a la abuela.- Dijo el pequeño Camilo con un tono triste y bajando su mirada.

Oye mírame.- Camilo hizo caso y la pequeña juntó sus manos con las de el. -No decepcionaras a nadie. Creen en ti Camilo.- La pequeña pequeño le regaló una sonrisa haciendo que el pequeño Camilo se sintiera tranquilo.

Camilo.- La voz de su abuela se hizo presente en la habitación. Ambos niños miraron a la matriarca de la familia Madrigal. -Es hora.

Dicho ésto Camilo soltó las manos de su mejor amiga para luego acercarse a su abuela quien le extendió su mano para que el pequeño la tomará,lo cual hizo. Antes de irse junto a su abuela dio un último vistazo a su amiga quien levantó sus pulgares como forma de apoyo.

La pequeña salió de la habitación y bajo a la planta baja llendo directo a sus padres.

Lili,¿dónde te habías metido pequeña traviesa?- Su padre la cargó y la miraba con una linda sonrisa.

Estaba con Camilo, se sentía nervioso.- Dijo la pequeña.

Debe sentirse presionado por no querer decepcionar a su familia. Pobrecito.- Dijo su madre.

Camilo recibirá su don, tengo fe en ello.- Dijo la pequeña demostrando seguridad a en sus palabras.

Antes de que alguno de sus padres dijera algo la pequeña hizo que guardarán silencio debido a que la Abuela Alma se hizo presente dando su discurso y agradecimiento al pueblo por asistir.

Unas cortinas rojas se levantaron déjanos ver al pequeño Camilo con su atuendo listó para subir y recibir si don.

La pequeña pidió a su padre que la bajará para si poder estar cerca de Camilo cuando esté pasará frente a ella.

El pequeño Madrigal se movía a pasos lentos, dio un pequeño vistazo a su mejor amiga quien con una sonrisa en su rostro le dijo ‘tu puedes, confía en ti’ en un susurró que fue audible para el pequeño en ese momento.

Camilo subió las escaleras y se colocó frente a la puerta que tenía un brillo en ella. Tomó una buena bocada de aire y tocó la milla de la puerta, al girarla aquella puerta se iluminó.

LOOK AT ME | 𝘊𝘢𝘮𝘪𝘭𝘰 𝘔𝘢𝘥𝘳𝘪𝘨𝘢𝘭Where stories live. Discover now