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Jeno miraba con los ojitos cristalinos a las cuatro alfas que escuchaban atentamente lo que Jaemin les estaba diciendo. Jeno podía sentir el dolor que ellas estaban sintiendo, el alfa sabía exactamente el sentimiento que esas niñas estaban sintiendo.

—¿Él ya no nos quiere? —Somi preguntó, dejando que las lagrimas se deslicen en multitud por sus mejillas —¿No me quiere?

Jaemin se apresuró a tomarla entre sus brazos, dándole un casto beso en la coronilla.

—Él sí las quiere, mi amor.

—¿Entonces por qué se fue? —Jennie preguntó, con su ceño fruncido —Papá, no nos mientas, si él realmente nos quiere no tendría que haberse ido.

El omega suspiró.

—Su padre Hyunjin está confundido, él no sabe lo que hace.

Karina negó y se puso de pie, no dejó que nadie diga nada más ya que salió corriendo a su habitación, negándose a que alguien la vea llorar.

Estaba molesta y triste, ella confió en su papá, le dio otra oportunidad y él le falló, la volvió a abandonar y ya no se lo perdonaría, claro que no lo haría.

Se tiró en su cama y hundió su rostro en su almohada, ahogando sus sollozos, dispuesta a llorar hasta dormirse, pero el ruido de la puerta siendo abierta y cuando el olor a manzana y bosque llegó a su pequeña naricita ella supo que no podría simplemente dormir.

—karina bonita, no llores que esa carita es muy linda para que esté manchada con lagrimas —ella no respondió y Jeno decidió arrodillarse a su lado —No te diré cosas como que las alfas no lloran porque eso es mentira, yo lloré muchas veces y en cierto punto te ayuda bastante, pero creo que la razón por la que lloras es equivocada y sólo te estás lastimando más.

—No lo entiendes —murmuró —A ti nunca te abandonaron.

Jeno suspiró y se animó con algo de miedo a acariciar el castaño cabello de la pequeña alfa.

—Mi madre nos abandonó a mí y mi hermano cuando eramos unos cachorros —entonces Karina lo miró.

—Mientes.

—Ojalá fuera mentira, ella nos dejó cuando yo tenía cinco y mi hermano ocho, ella había encontrado a su pareja predestinada, se fue diciendo que necesitaba ser feliz.

—¿Los abandonó? —Jeno asintió —¿Nunca más la viste?

—No, ella no volvió.

Una pequeña lagrima se deslizó por la mejilla derecha del alfa y Karina se apresuró a detenerla con su pequeño dedito.

—¿Entonces mi papá no volverá?

—Si es inteligente, él volverá.

—¿Y si no vuelve nunca?

—Entonces yo estaré aquí para cuidar de ti, de tu hermanito, de tus hermanas y de Jaemin, porque ustedes son mi familia y yo siempre cuidaré a mi familia.

—¿Promete nunca abandonarnos?

Jeno acarició su pequeña y suave mejilla, regalándole una de sus más sinceras sonrisas a la niña delante suyo.

—Lo prometo.

Y ese día Karina decidió poner todas sus esperanzas en Jeno, decidió confiar en él, decidió quererlo como sus hermanas lo querían.

Ya no tenía nada más que perder

papá alfa / NoMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora