Capitulo 25

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Brittany no había dormido en toda la noche, y sabía que en cualquier momento Santana llegaría, lo que la tenía muy nerviosa. Sabía que discutirían, y que la latina diría cosas hirientes para lastimarla.

La rubia le había dicho a Sam que no saliera de la habitación, y ella puso un sillón de frente a la puerta principal, para estar sentada en el cuando llegara.
También agarró su arma reglamentaria, y la colocó en uno de los reposabrazos.

Sabía que Santana entraría sola, a pesar de haber venido acompañada, y no se equivocó.
La latina entró dándole una patada a la puerta, y con su arma apuntando al frente, pero la bajó rápidamente cuando vió a la rubia.

Estaba completamente hermosa.

—¿Donde está el equipo?— preguntó Britt, ignorando sus pensamientos.

—Brittany Pierce, estás baj...

—No termines esa frase— la interrumpió con voz suplicante.

—¿Donde está él?— preguntó de mala gana.

—Sam no es a quien buscas— contestó— Hablemos como dos personas normales.

—¡Lo dice quien está sentada frente a la puerta como mafiosa— respondió molesta, sin mirarla a los ojos— lo dice quien ayudó al principal sospechoso de la muerte de decenas de agentes!

—¡No fue él!

—¿No?— rió sarcástica— deja de defenderlo aunque sea solo por cinco minutos.

—Fue tu ex— se levantó de su asiento y caminó hacia ella, sacando la foto de su bolsillo y mostrándosela— Danielle es su hermana, es la mujer de la foto.

—¿Y se supone que debo creerle?— preguntó riendo sarcástica— Danielle no será un ángel, pero no es una asesina.

—Creerme. A mi— contestó— Está diciendo la verdad.

—Me importa un carajo. ¿Dónde está Evans?

—Acá— escuchó Brittany a sus espaldas, y maldijo por lo bajo— Y a mi esposa le hablas bien.

—Sam— apretó la mandíbula— te dije que te quedes en la habitación.

—Sam Evans— lo apuntó y revoleo unas esposas— estás bajo arresto.

—Ni se te ocurra ponértelas— intervino Britt alzando la voz, y luego miró a Santana— Deja de apuntarlo, está desarmado, y también yo— la latina iba a contestar pero ella siguió— Y no me digas que te importa un carajo. Baja el maldito arma.

—¿Y si no?— la miró, pero todavía sin mirarla a los ojos.

—Me vas a tener que apuntar a mi también— la desafió.

—¿Tan segura estás de que no lo haría?— preguntó riendo sin gracia.

—Si.

—No sos justa— se quejó bajando el arma y guardándosela— ¡Perdí a mi papá y a mi hermano, y el es el principal sospechoso!

—Yo no...

—¡Cállate!— alzó la voz Santana señalándolo— Si seguís vivo es porque sos el marido de Brittany, así que te conviene no decir ni una puta palabra.

—Mírame— pidió Britt— Mírame.

—No puedo hacerlo. En estos momentos te odio, Brittany.

—No lo haces— dijo con voz dolida.

—¿No? cuando te dije que para mi estabas muerta era verdad.

—No puedo creer cómo seguís queriendo a una persona que te habla así— intervino Sam indignado.

—Ahora no, Sam— contestó sin despegar sus ojos de Santana— Mírame a los ojos y decimelo— pidió— ¡Decimelo!

—Te odio.

—Mírame.

—¡No puedo!— gritó y la miró a los ojos— ¡Quiero odiarte con todas mis fuerzas pero no puedo, me decepcionaste como nunca nadie, y aún así no puedo odiarte!

—Lo siento— respondió sincera— tenía que salvarte de vos misma, y también conseguir respuestas. ¡Y lo hice! no me arrepiento de mi accionar. Créeme, San.

—¿Que pruebas tienen para decir que fue Dani?— preguntó suspirando.

—El día de la muerte de mis padres, ella estaba en el auto. Tiene muchos motivos— habló Sam— Santana, no te conozco y vos no me conoces, pero si me miras a los ojos vas a ver que no miento. Jamás haría nada para lastimar a Britt, la amo.

—Si, bueno, tu hermana decía amarme a mi.

—Y probablemente lo hacía. Danielle siempre fue muy enamoradiza.

—Por favor— rió sarcástica.

—San, pone captura para Danielle. Confía en mi, te lo pido por favor.

—Muy bien. Pero ambos vienen conmigo.

—Por supuesto— contestó Britt, y en ese momento entró Kurt— Hola.

—Hola, Pierce— miró a Sam— Trucha, a la habitación, vamos a agarrar tus cosas.

—Realmente lo siento— contestó Britt cuando se quedaron a solas.

—Seguro— murmuró dándose la vuelta, dirigiéndose a la puerta.

—Te amo, Santana.

—Vaya manera de amar la tuya— con esas últimas palabras salió del lugar.

Brittany quedó mirando fijamente la puerta por donde la latina acababa de salir.

Mejor dicho, por dónde la acababa de perder, probablemente para siempre.

Contuvo las lágrimas y se dirigió a la habitación, donde Kurt estaba apoyado en el marco mirando como Sam agarraba sus cosas.

—¿Quinn, en serio?— preguntó el castaño cuando ella llegó a su lado— ¿En serio usaste a su mejor amiga?

—Necesitaba a alguien unido a ella... ¿ella lo sabe?

—No. No le dije. La destruiría. Pero si descubrió a Artie.

—¿Lo echó?

—¿Y qué te parece?— la miró— Le erraste muchísimo en esta, Britt.

—¿Lo hice? salve a una persona inocente, impedí que Santana haga algo de lo que más tarde se arrepentiría, y descubrí a la culpable. No creo que le haya errado.

—Se podría haber hecho de otra manera.

—¿Y qué si era Blaine? si estuvieras en mi lugar, y no era Santana, sino Blaine. ¿Que hubieras hecho?

—Me hubiera quedado a su lado. Y no compares, porque es distinto.

—¿Lo es?

—Blaine y yo estamos juntos. Vos y Santana no.— contestó— Podes ser muy buena agente, pero sos una cobarde. ¿Lo peor de todo? es que la volviste a lastimar. Una vez más— finalizó.

—La amo, Kurt. No quise hacerlo.

—Si la amas, demostralo, porque no lo parece— caminó hacia Sam— Vamos, Trucha.

—Déjanos un minuto— pidió la rubia, y el castaño dudó, pero finalmente accedió— Sam, probablemente no estemos a solas en un largo tiempo, así que te quería agradecer por facilitarme toda la información.

—Britt, te amo, si puedo hacer algo para hacer tu vida más fácil siempre voy a hacerlo.

—Yo también te amo— sonrió tristemente.

—¿Pero no como a Santana, eh?

—Cada amor es distinto— respondió bajando la cabeza— Solo quería agradecerte, y no hace falta aclarar que voy a pelear para que te lo hagan más llevadero.

—Gracias, cariño.

EXPLOSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora