Capitulo 30

468 30 3
                                    

—Hoy me comporté como una idiota, Britt, lo siento— dijo Santana mirando su vaso.

Después que fueron a ver la casa, la latina acompañó a la rubia a comprar muebles para su nuevo hogar, y al terminar decidieron volver a la casa de Santana para tener la gran charla, y ponerle fin a la tregua.

Las mujeres estaban sentadas en un sillón situado en el balcón del departamento, para darle un toque más íntimo, ya que era algo que hacían de jóvenes.

—¿Solo hoy?— preguntó riendo sarcástica.

—Okey, no. Hace semanas... pero... ponete en mi lugar, por favor— se giró para mirarla a los ojos después de dejar el vaso en la mesa ratona— Britt, sentí que me estabas usando para ayudar a Sam.

—¿Cómo siquiera pudiste pensar algo así de mi?— preguntó dolida, sin mirarla— Alfonso y Jake también eran mi familia. ¿Como pudiste pensar que podría ayudar al sospechoso de sus muertes?

—No pensé— reconoció— Estaba súper enojada ¡y con razón! era el sospechoso número uno.

—Si yo decidí irme con el y protegerlo, es porque sabía que era inocente, pero no confiaste en mi y me pusiste en captura internacional.

—¿Que se supone que hiciera?

—Confiar en mi instinto.

—¿Al momento de irte con el sabías que era inocente? ¿estabas segura al cien por cien?

—Si, y no— sacó de su pantalón la caja de cigarrillos— ¿Te molesta que fume?

—Pense que lo habías dejado, quiero decir... en todo este tiempo no te vi fumar, supuse que lo habías dejado atrás.

—Si bueno, suponer está mal— dijo riendo sin gracia.

—No me molesta.

—Okey— respondió encendiéndolo— Volviendo al tema. Estaba segura, pero sin su testimonio no podía arriesgarme.

—¿Y por qué te fuiste?— frunció el ceño.

—Para que no hagas nada estupido, Santana. Algo de lo que te arrepentirías toda tu vida— contestó, y por fin la miró — ¿Como te hubieras sentido si lo matabas y después descubríamos su inocencia?

—Fatal— reconoció— ¿Pero por qué hacer tal cosa por mi?

—Sabes que te amo.

—Si, pero el es tu esposo. Y no te fuiste para protegerlo a él mayormente, si no a mi. ¿Por qué?

—Ex esposo— corrigió, y luego le dió una pitada al cigarrillo— Y no es que el no me preocupara, por supuesto también lo hice para cuidarlo, pero mi prioridad siempre fue tu bienestar.

—¿Y por qué?— siguió preguntando.

Santana deseaba con todas sus fuerzas que la respuesta de la rubia sea la que ella estaba pensando.

—Porque el podría haber sido mi esposo, pero no era el amor de mi vida. Vos lo sos— reconoció con la voz entrecortada— Y te amo tanto, Santana, tanto, que preferí que me odies antes de que en un futuro te odies a vos misma.

Ya está. Lo dijo.

Y Santana se sentía de dos formas que no entendía. Primero, estaba gritando de emoción por dentro, por la confesión de Britt. Pero segundo, sabía que estaba muy difícil que ellas dos tuvieran un futuro, así que estaba triste.

—Lo siento mucho— contestó con los ojos llorosos— Yo también te amo, y me comporté horrendo con vos.

—Se que lo sentís— respondió bajando la cabeza, odiaba ver llorar a Santana por su culpa— Y yo también tengo que disculparme.

EXPLOSIÓNWhere stories live. Discover now