cap 15

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Ya habían pasado más o menos dos meses desde que llegué a la academia. Yo solía leer mucho en mis tiempos libres... Sin embargo, Aihara siempre estaba detrás de mí. Ella se sentaba en silencio solo para estar conmigo y dejarme leer.

Scarlett poco a poco me tenía más odio, ¿Por qué? Pues porque si antes Hanna casi no le hacía caso, ahora menos. Al parecer yo le agradaba mucho a esa pelinegra.
Sheyla me decía siempre: "le gustas a Hanna" pero eso era imposible. ¿Yo gustarle? ¿Qué me vió? Soy muy sencilla, realmente no creo eso.

Ya estaba a punto de irme a casa, estaba algo cansada y tenía sueño.

—Maki-sensei —dijo Hanna.

—Ya te he dicho que no me llames así —le dije con fastidio.

—Aaaah, es inevitable. Además, es lo mismo que decirte "profesora Maki".

—Suena mejor así.

—A mi parecer no —infló sus mejillas.

—En fin... Ya me voy, hasta mañana.

—¿Por qué te vas? —ella hizo puchero— Creí que hoy te quedarías hasta más tarde.

—Me temo que no —solté un suspiro de cansancio—. Me siento algo cansada, Hanna. ¿Podrías dejarme descansar hoy?

—Ay... —dijo algo desanimada, pero luego me dió una sonrisa— ¡Ve a descansar! No quisiera que te sintieras mal. Sino estaría menos tiempo sin ti.

—Si, bue...

—¡Onee-chan! —gritó una voz desde lejos interrumpiendo lo que yo diría.

—No puede ser... —Hanna volteó con miedo a lo que vería.

—¿Qué sucede? —le pregunté con confusión.

En eso esa chica volvió a hablarle, pero en japonés por lo cual no entendí ni una sola palabra.

—Nos... Nos vemos luego, Maki-sensei.

—Bien, nos vemos luego —caminé hasta la salida y me dirigí hasta mi casa.

¿Quién era esa chica? Me causaba curiosidad, pues Hanna hasta pálida se puso. Pero no era mi asunto, así que hice la vista gorda y deje de pensar en el tema.

Al llegar solo fui a darme un baño y me acosté. Tenía hasta flojera de cocinar, por lo cual, pedí un delivery, era la mejor opción. Rato después sonó el timbre y salí a recibir mi comida la cual era una pizza familiar. Sí, tenía mucha hambre.

—Mmm, huele rico —dijo Sheyla entrando a la sala—. ¿Me darás?

—No, cocina o pide otra cosa. Esto es mío —le dije y solo me fuí a mi cuarto para comer.

No me comí todo, deje unas tres rebanadas, esas se las dí a Sheyla para que no se quedara sin comer.

Luego me senté a leer.

Según Sheyla, yo era algo extraña, en vez de dormir para pasar el cansancio me ponía a leer, Pero, ¿qué más podría hacer? Leer era relajante y me hacía salir de la realidad la cual ya no era tan mala, pero de todas maneras me gustaba entrar en ese mundo de fantasía en la que los libros te permitían estar.

Ring ring.

Sonó mi celular, era un mensaje de mi insistente alumna asiática.

—Hola, Maki-sensei :3.

—Hola —le respondí.

—¿Cómo estás? :D.

—Estaba bien, leyendo.

Sentimientos EncontradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora