03. 𝗘𝗧𝗘𝗥𝗡𝗔𝗟 𝗠𝗘𝗠𝗢𝗥𝗬 . ukyo saionji

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—Dr . Stone

   Habían pasado alrededor de unos 3700 años desde la última vez que la vio

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   Habían pasado alrededor de unos 3700 años desde la última vez que la vio. No podía decir a ciencia cierta si aún la amaba o si simplemente conservaba un grato recuerdo de lo que alguna vez tuvieron. Recordaba las veces que le decía que la amaba y ella juraba amarlo de la misma manera; pero lo ocurrido aquella noche del 5 de mayo del 2017 le habían demostrado todo lo contrario, noche en la que se había despertado abruptamente al no sentirla de su lado de la cama y ver que en su armario yacían solo sus pertenencias.

   Ella lo había abandonado.

   Actualmente descansaba en lo alto de un gran árbol, sobre una rama que le ofrecía una vista panorámica de todo el Imperio y le permitía captar mejor los sonidos de la naturaleza. El cielo nocturno estaba repleto de estrellas titilantes, y la Luna, que se había vuelto enorme con el pasar de los años, lo hacía sentir diminuto.

   Se sentó y balanceó sus pies adelante y hacia atrás.

   Su corazón dolía al recordar el pasado; todo lo que lo rodeaba, incluso en la ausencia de la modernidad, le recordaba a [Nombre].

   Ukyo siempre fue un chico solitario, enfocado en su propio mundo y en disfrutar de su pacífica vida. Tenía un trabajo estable que le proporcionaba lo necesario para vivir y estaba conforme con eso. No tenía grandes ambiciones ni planes de abandonar su ciudad natal. De vez en cuando, visitaba a sus padres para dejarles la despensa y conversar con ellos por un rato mientras bebían una taza de té.

   Su madre solía preguntarle sobre cómo iban las cosas, si había hecho amigos o conocido a alguien especial. Él simplemente le sonreía y cambiaba de tema.

   Sus padres siempre soñaron con verlo llevar a alguien a casa y presentarla como su pareja, también deseaban verlo casado y formar una familia. Ukyo no estaba seguro de eso. Nunca dijo nada acerca de que le pareciera mala la idea de formar su propia familia, solo que por el momento se sentía bien con lo que tenía.

   Además, nunca tuvo novia y aunque sonara deprimente, también consideraba la posibilidad de nunca tenerla.

   Eso pensaba antes de conocerla.

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   Ella se veía hermosa aquel día de primavera, con un vestido de estampado floral y un sombrero que adornaba su cabeza. Su larga cabellera bailaba al compás del viento y se quejaba por lo fuerte que soplaba esa mañana. Cuando su sombrero estaba a punto de salir volando, lo atrapé justo a tiempo, fue ahí en donde nuestras miradas se cruzaron y sentí que podía desmayarme en medio de la calle.

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   Formó una pequeña sonrisa ante este recuerdo y bostezó antes de frotarse los párpados del cansancio. Subió las piernas y se acomodó contra el tronco, colocando su arco y flecha sobre su regazo para después cubrirse el rostro con su boina. No pasó mucho tiempo antes de que se quedara completamente dormido.

   . . .

   [Nombre] tenía algo mágico que lo cautivaba.

   No sabía si eran sus labios que tanto deseaba besar o su contagiosa risa, sus regordetes mejillas teñidas de un suave rojo carmesí o la forma en que sus ojos se achinaban al sonreír. Fuera cual fuese la razón, solo sabía que la amaba.

   Un año después de haberse conocido, sus padres la conocieron. Nunca los había visto tan felices desde su graduación de la escuela secundaria y fue una alegría para él saber que ellos se llevaran bien. Su rutina había cambiado drásticamente gracias a que siempre lo llevaba con ella en sus aventuras, mismas que lo hicieron sentir emociones que nunca había experimentado, eso le encantó.

   Era vergonzoso no poder ofrecerle la misma adrenalina a la que estaba acostumbrada, no conocía otros lugares además de los que ya habían visitado y lo único que hacía era llevarla todos los domingos al bingo en donde acudían personas de la tercera edad. Ella parecía feliz charlando con las abuelitas que le enseñaron a como tejer y que no paraban de decirle que tenían nietos de su edad que estaban solteros.

    Al salir del lugar, le decía al oído que le hacían mucha gracia.
  
   [Nombre] le hablaba de sus antiguas relaciones porque él se lo pedía, descubriendo que los chicos con los que había estado sonaban mucho más interesantes que él. Incluso había estado con un hombre que tenía su propia corporación de barcos y la trataba como una reina; pero no había funcionado debido a que era muy testarudo y demasiado escandaloso para su gusto, mientras que él no lo era y eso era bueno.

   Deseaba ser más que bueno ante sus ojos, quería serlo todo y convertirse en el hombre de sus sueños, así como ella era la mujer de los suyos. Quería casarse, comprar una casa, tener hijos y vivir una larga y bonita vejez juntos.

   Solo quería que fueran felices.

   . . .

   Ukyo despertó de golpe y se agarró firmemente del tronco para no caer, con el corazón latiendo fuertemente y el sudor bajando por su frente, su respiración era entrecortada mientras se acomodaba la boina.

   Aún no amanecía y no estaba seguro de cuánto tiempo había dormido, no obstante, recordaba claramente el sueño que había tenido. Fue el mismo de siempre: de cómo su primer y único amor le había dado todo y luego se lo había arrebatado sin explicación alguna.

   Suspiró y recostó su cabeza. Solo era cuestión de tiempo hasta olvidarla. Durante todos los años que había pasado petrificado, no había hecho más que pensar en ella, incluso cuando se inscribió en la “JMSDF” con el objetivo de mantener su mente ocupada.

   No sabía a dónde se había ido o si en algún momento se toparía con su estatua, aunque guardaba la esperanza de que pudiese hacerlo antes que Tsukasa, realmente no estaba seguro si el primate la consideraría de corazón puro con solo mirarla.

   . . .

   5 de mayo; 2017

   Su mirada se suavizó al verlo dormir, se había dado cuenta de que quería decirle algo, de cómo se animaba cuando sus padres le decían lo linda que se vería con un vestido de novia. Sabía que la consideraba cómo la mujer perfecta, con la que deseaba pasar el resto de su vida.

    Fue lindo de cierto modo; pero tenían enfoques muy distintos.

   Antes de irse, le escribió una carta, deseándole que encontrara a alguien que realmente cumpliera sus expectativas y fuera muy feliz. Dándole un corto beso en la frente, dejó la nota sobre el escritorio, nota que el viento se llevó después de que ella saliera del apartamento que compartían.

By: @karuril_ao

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