24 - La Revelación

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De repente una energía se sintió a su al rededor, provocando que se detuviera antes de hacerle daño.
Busco con la mirada al causante de aquella energía, ¡Era Marín! ¡Se había liberado!

—Marin, ¿Cómo te has liberado?—pregunto el Caballero de plata.

—Kiki rompió las cadenas—respondió con seriedad.

—Maldito niño...—murmuro con molestia.

—El más allá no ha querido recibirme, ha mantenido sus puertas cerradas—dijo la amazona con seriedad.

—No creas que me preocupa, conozco la manera de abrirte otras, ¡Te hablo de las del infierno!—bramo el hombre. Sin pensarlo, trato de leer la mente de su enemiga para predecir sus movimientos—¿Pero que pasá? No puedo entrar en sus pensamientos...—murmuro.

Marín encendió su cosmos, lo que hizo temblar al caballero de plata, Ella había echo un vacío en su mente.
Trato de ignorar esa inquietud, y atacó sin pensarlo. Sin embargo, la amazona de águila bloqueo su ataque con facilidad.
Ella también pertenecía al rango de plata, no se dejaría vencer con tanta facilidad.

—¡Asterion! ¡Ha llegado tu hora!—exclamo al distinguirlo entre sus clones—. ¡Águila de fuego!

Los ataques de ambos chocaron, una gran explosión se formó ante aquel impacto. Y cuando la luz disipó, lograron ver cómo Asterion era vencido por Marín.

—Te has vuelto loca si pretendes revelarte contra el santuario—dijo el hombre adolorido—. El Patriarca es invulnerable, no podrás contra el...

—No estoy sola—dijo Marín con seriedad—aunque mis aliados, los caballeros del zodiaco y yo misma encontremos las muerte, otros caballeros tomarán nuestro lugar, porque lo más importante es que el santuario sea purificado para que venga una nueva era de paz...

El hombre suplico por su vida, sin embargo termino padeciendo por el dolor.
A la distancia venía otro Caballero, era Hyoga, se veía bastante preocupada.

—¡Seiya! ¡Kagome!—exclamo el rubio, quien se arrodilló para tratar de despertar a sus amigos— por favor respondan.

—No te preocupes, están vivos—dijo Kiki tratando de calmarlo.

—¿Tú qué haces aquí?—pregunto Hyoga, llevando su mirada hacia el—Dime qué ha ocurrido.

—Muchas cosas—respondió el niño de manera despreocupada.

El chico suspiro y le dió unas palmadas en la cara a el castaño, mientras Kiki, jalaba de la mejilla de Kagome para despertarla. La chica abrió los ojos con moletia, su vista estaba borrosa.

—Dime Kagome, cuántos dedos ves—dijo el niño mostrando dos de sus dedos.

—No molestes—respondió la chica cuando recobró su vista. Posó su mano en la cara del niño, y la apartó para así sentarse.

—Ay pero que amargada, así no conseguirás esposo—se burló el pequeño, a lo cual la amazona se limitó a darle una mirada fulminante.

—Marin...—se escuchó la débil voz de Seiya—¿Dónde esta Marín?

—¿Ella ha estado aquí?—pregunto el rubio.

—Ella era la razón por la que vinimos a la playa—contesto Kagome—pero parece que ya se marchó...

—¿Dónde esta Marín?—insitio el castaño— necesito saber si es mi hermana...

El ambiente se quedo en silencio, ninguno se espero aquellas palabras, ¿De verdad la maestra de Seiya era en realidad su hermana?

La Hermana de Aioros y Aioria Donde viven las historias. Descúbrelo ahora