35 - Sacrificio de amor

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Shaina no desistía de su idea de pelear con Seiya, pero por más que está lo atacará el la evadía y se negaba a hacerle caso, lo que enfurecía aún más a su a la fémina.

—¿¡Por qué me evitas Seiya!?—reclamo molesta— ¿¡Por qué no me atacás!?

—No voy a hacerlo, es definitivo —respondio severo.

La chica lo miro con ira y no se contuvo en atacarlo con su garra trueno, sin embargo, gracias a su experiencia adquirida la velocidad de Shaina ya no era imposible de evadir como la primera vez que se enfrentaron. Y así, tuvo la posibilidad de tomarla de su brazo derecho imposibilitandole seguir atacando.

—No entiendo porque quieres hacerme daño, pero no voy a hacerte daño—dijo Seiya con firmeza.

Shaina solo lo miro fijamente a los ojos con un odio puro por un momento, luego se soltó de el bruscamente y le dió la espalda.

Seiya la miro y abrió la boca para decir algo pero una extraña energía capto toda su atención.

Era un cosmos fuerte y devastador que los dejo helados, jamás habían sentido algo así de peligroso.

—¿De dónde viene este horrible cosmos?—musito el castaño.

—Yo también lo siento...—dijo Shaina, comenzando a retroceder —. Cuidado, jamás había sentido un cosmos tan horrible y peligroso—volteo a verlo preocupada, dándose cuenta de quién se podria tratar—. ¡Rápido! ¡Tenemos que correr!

—¿Qué?—la miro confundido.

De repente, la fuerza de magnitud de aquel cosmos lanzo lejos a Seiya y Shaina, quienes se estrellaron contra los troncos de los árboles. Y de entre las sombras una figura, cubierta por una armadura dorada, comenzó acercarse.

( . . . )

Mientras esto ocurría, Saori y Kagome organizaban un plan para enfrentarse al santuario con ayuda de los conocimientos que tenía la amazona.

—Espero que esto funcione...—dijo la diosa antes de soltar un suspiro.

—Si—la otra chica solo asíntio con la cabeza. De repente, una corriente eléctrica recorrió todo su cuerpo—. ¡Eso es...!

—¿Qué pasá Kagome?—pregunto la de hebras violetas preocupada al verla así.

—¡Ese cosmos...!—comenzo a sentirse tensa y dirigió su mirada frenéticamente a su amiga—¡Saori, tenemos que ir rápido a dónde está ese cosmos!

Saori solo la miro aturdida y no pudo hacer otra cosa que asentir. La amazona tomó su mano y comenzó a jalarla consigo para llevarla con aquel intruso que comenzaba a amenazar.

—Kagome, tienes que decirme que ocurre—pidio Saori algo asustada por la actitud de la amazona.

—Yo conozco al dueño de ese poderoso cosmos—revelo, sorprendiendo a la chica —. Sin duda alguna, ese cosmos...¡Es de mi hermano!

( . . . )

—¡Imposible!—dijo Seiya, impactado de ver de quién se trataba— ¡Eres Aioria!

—No esperaba verte de este modo Seiya, me das asco—respondio el castaño, frunciendo las cejas con severidad.

—¿Cómo es esto posible?—el joven caballero aún seguía impactado— ¿Existen más armaduras doradas aparte de la de Sagitario?

—Es normal que no lo sepan todo, ni siquiera los caballeros dorados conocemos toda la situación —comento cerrando sus ojos un instante.

—Pero no lo entiendo, ¿Por qué Kagome no dijo nada?—bajo por un momento la mirada, confundido al no encontrar una explicación.

Aioria abrió los ojos sintiéndose molesto con la sola mención de la amazona.

La Hermana de Aioros y Aioria Donde viven las historias. Descúbrelo ahora