Capítulo 61: {Crimen sin resolver}

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—Si, al poco rato de entrar el chico, escuche un golpe y un pequeño grito, pero bueno, no sabia lo que estaban haciendo asi que no se lo tome en cuenta, después se fue, y a los días se supo que la chica estaba muerta, no se nada mas desde aquel dia.

—¿Porque no le dijiste nada a los policías o a los forenses? —era raro que si sabia información no dijese nada.

—Porque el forense que levantó el acta era el mismo chico que entró aquella noche, entonces por miedo no quise decir nada, pero lo cuento a vosotros porque sé que venís a por respuestas, quién iba a venir así sin más a la puerta de ella.

—Claro no vamos a decir nada —la mujer se veía afectada.

—El piso se lo ha quedado el banco, y me ha dejado la llave por si viene gente a verlo, ¿queréis entrar y ver algo? —la mujer sacó las llaves de un cajón que tenía al lado de la puerta.

—Está bien, vamos a pasar un momento a ver si vemos algo —cogimos las llaves y nos metimos dentro.

Aparentemente no había nada, no parecía que hubiese nada sospechoso para sacar la conclusión de que la mató, excepto que había un libro que me llamó la atención, porque no era un libro cualquiera, en el lomo del libro estaba escrito mi nombre, lo que quería decir que habría un  mensaje para mi, o que sabia que yo iba a entrar, cogí el libro y en primera hoja estaba escrita.

“Hola Catherine, si estás leyendo estas letras es porque estoy muerta, la persona que tu buscas me mato, se enteró que le di los planos de su hotel camuflado y me amenazó de muerte, así que temo lo peor, he descubierto una pista, así que si no te la he dado en manos es porque la tienes en tus manos ahora mismo, es un sobre con una dirección, pero abrela cuando entres al edificio donde secuestraron a tu amigo, en esa dirección esta la respuesta.”

Dentro del libro se encontraba el sobre, yo no me podia creer lo que estaba pasando, pero cada cosa que veía tenía aún más miedo, pero sabía que tenía que llegar hasta el final de esto.

—Bueno Catherine, vámonos de aquí —Ismael y Hector también leyeron la carta, pero salvo eso no encontramos nada más, le devolvimos las llaves a la mujer y nos fuimos, yo me lleve guardado el libro, y de nuevo volvimos donde teníamos todo guardado.

—No se ha quedado nadie mirando las cámaras —le dije a Hector y a Ismael mientras veía que en la habitación no había nadie.

—He puesto un control automático, si el ordenador detecta que alguien  lleva ese libro me avisa enseguida, así que nadie se nos va a escapar —me explicó Ismael, a lo que yo no sabía.

—Creo que ya son suficientes cosas por hoy, me voy a ir a dar una vuelta —mi cabeza ya no le cabía más información.

—Esta bien, mañana iremos a ese edificio a ver que nos encontramos —Ismael tenía ganas de encontrar algo que nos hiciese encontrar al desconocido.

El laberinto de Catherine Ross[©]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora