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Gin cuidaba de su sobrino, el pequeño Yuta, mientras su hermano Ryūnosuke estaba ausente.

Lo recostaba en una cuna al verlo soñoliento. Le entregó su biberón, y acarició con ternura sus mejillas. Le sonrió. Era como ver a su hermano siendo un bebé. Se parecían mucho, a excepción del color de sus ojos. No eran grises.

Yuta-kun, eres muy lindo. Me gustaría saber de quién heredaste esos hermosos ojitos tuyos...

Yuta separó el biberón de él para bostezar.

— Tía, ¿y papi?

— Tuvo que salir. No debe tardar en volver.

•••

Horas más tarde, Chūya ya se encontraba en su casa. Se había preparado un ramen instantáneo para cenar, sin mucho esfuerzo.

Su cuerpo aún dolía, moverse era doloroso, pero no se quedaría en cama por siempre.

Mientras disfrutaba de su paz y tranquilidad, alguien tocó a su puerta. Fue abrir. Se trataba de Dazai, ahora integrante de la Agencia de Detectives Armados.

Dazai lo previó. Trajo un ramen instantáneo también para preparar y acompañar a su ex pareja en su cena.

— ¿Por qué viniste, idiota? Estaba muy feliz en solitario.

Cuestionó Chūya, desde su cojín en el suelo, frente a la mesa.

Dazai terminó de preparar su ramen, y se situó en un cojín, frente al pelirrojo.

— Estaba aburrido, Chūya. Dime, ¿Te sientes mejor? No he podido dejar de pensar en tí... Pienso en la posibilidad de regresar, ya sabes, tú y yo...

— Nosotros somos rivales, Dazai. Los rivales no pueden estar juntos. No pueden.

•••

Atsushi y Akutagawa salían del conbini. Traían un jugo para cada uno y daban un agradable paseo por los lugares más tranquilos de la ciudad.

— El clima es muy agradable.

— Lo es, Jinko.


¿Podrá algún día, Chūya aceptar de nuevo a Dazai?

¿Quién creen que sea la madre o padre de Yuta?

SOUKOKU RIVALESМесто, где живут истории. Откройте их для себя