🖇 Chapter Five 🖇

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Te l'avevo detto che ti avrei tenuto tra le mie braccia, amore mio...

Me desperté sobresaltada a causa de dos gritos, uno femenino y uno masculino, miré a todos lados alarmada y pude ver a los mellizos rubios gritar.

—¡Cállate! —le gritó Chelsea a su hermano.

—¡Cállate tú! —le devolvió el grito a su hermana, Chels le tiro con uno de sus zapatos por la cabeza.

—¡No me mandes a callar! —le gritó de nuevo a la vez que le tiraba su otro zapato.

—¡Pero no me pegues, medicate loca de mierda! —exclamó a la vez que se escondía tas el cuerpo de Allison.

—A mi no me metan en sus babosadas —habló con el ceño fruncido mientras empujaba al rubio y así abrir paso a otra pelea.

—Oigan —hablé, pero no me prestaron atención—. Oigan —volví a decir sin tener éxito mientras ellos seguían peleando —. ¡¿Pueden cerrar la puta boca y escucharme, pedazo de unos anormales?! —eleve la voz haciendo que por fin me prestaran atención.

Solté un suspiro y me incorporé en la cama que claramente no era de ninguno de nosotros, los miré con una ceja arqueada esperando que se dieran cuenta de lo que estaba mal en todo esto.

—¿Qué? —preguntó Poe sin aún enterarse de nada, por puro instinto me golpee la cara con la palma de mi mano.

—Que claramente estamos en un lugar que ni puta idea de donde es y ustedes gritando como locos psiquiátricos cuando tal vez, no sé, haya alguien por ahí que quiere descuartizarnos —hablé con una sonrisa sarcástica para luego rodar los ojos exasperada.

Luego de esa pequeña discusión nadie volvió a decir nada, nos sentamos en una de las dos camas que habían en la gran habitación dejando nuestro futuro a la suerte, lo peor es que yo creía saber donde estábamos por las paredes del lugar, pero me rehusaba completamente a aceptarlo, aún así no podía evitar sentirme en casa, era ilógico.

Al cabo de un buen rato, tal vez unas tres o cuatro horas, se escucho el ruido de la gran puerta ser abierta, por ella pasaron dos personas que yo conocía bien y no tenía como no hacerlo luego del encuentro que tuvimos hace unos meses. Jane y Demetri Volturi estaban parado frente a nosotros.

La pequeña rubia miraba fijamente a Poe y Demetri miraba a Allison, la pelinegra tomó mi mano con fuerza y la mirada de odio que recibí por parte del vampiro me hizo sentir terror, no era bonito tener ese par de ojos carmesí mirándote como si te fuese a saltar y drenar en cualquier momento.

—Los amos quieren verlos —habló Jane con su típico tono de voz bajo, pero dulce al oído de cualquiera.

El rubio quedó embelesado al escucharla, pero poco después ambos vampiros salieron esperando a que los sigamos, Chels le cerró la boca con diversión al su hermano que tenía una sonrisa estúpida en la cara.

Se te cae la baba, Poe —le dijo con burla sacándonos una risa, el rubio le tiro con una almohada divertido y Chels se fue a calzar para luego irnos con los otros dos que habían salido. Ellos son igual de anormales que mi hermana.

Allison tomó mi mano mientras caminaba y hablaba de diversos temas, Demetri iba a su lado mirándola como si de un puto trofeo se tratase, como si fuese la más fina obra de arte. Lo miré con una ceja arqueada y él sólo aparto la mirada, aún así estaba cagada hasta las patas.

—Entonces por eso es que tengo hambre —Allison finalizó su esplendorosa explicación del porqué tenía tanto hambre el día de hoy a lo que yo solo negué.

Más adelante vi como Jane abría aquella gran puerta que lucia pesada, pero que al parecer no lo era, y sin mucho esfuerzo pudimos visualizar a los tres reyes, como los llamaban, en sus respectivos tronos. Chels que venía dada vuelta hablando de ropa con Allison tuvo que enderezarse y cruzo mirada con el rubio que parecía tener un serio problema con el gel.

Caius, creo que era así como se llamaba, miraba con detenimiento el rostro de Chelsea para luego ir bajando y toparse con la mano entrelazada de ella y Poe. Su cara se transformó en un instante y tenía toda la intención de acercarse a donde el rubio pero no pudo por el fuerte agarre que Marcus, uno de los otros reyes por lo que tengo entendido, ejerció impidiéndole el paso.

El hombre canoso intercambio unas cuantas palabras con el rubio pálido que parecio tranquilizarse un poco para que ambos vampiros regresaran a su trono.

—Oh, linda Freya, que gusto tenerte por aquí nuevamente —habló Aro mientras bajaba de su trono, vestía una camisa negra junto con un pantalón de vestir del mismo color y un par de zapatos también negros, con esa ropa no parecía tan viejo—. ¿Me permites? —preguntó señalando mi mano y se la di confundida ya que la última vez dijo que no podía ver nada.

El envolvió mi mano con cuidado y sonrió apenas, al parecer no había visto nada, luego de eso se despego lentamente para asentir e irse a su respectivo trono nuevamente.

—Aún sigo viendo pocas cosas en tu mente, Freya, es sorprendente como bloqueas tus recuerdos más importantes —habló con una henorme sonrisa—. Sé que se estarán preguntando qué hacen aquí, pero era necesario el traerlos. Tú, Freya, como bien sabes eres la compañera de uno de mis guardias de élite.

》Lamentablemente tuvimos un pequeño contratiempo y no te pudimos ir a buscar antes. Sin embargo, nuestros guardias tuvieron un percance días atrás cuando fueron a buscarte, se encontraron con estos humanos y resulta que dos de ellos son compañeros de dos guardias élites más y ahora al parecer la última es compañera de una de mis hermanos, ¿No es fascinante? —finalizó con una de sus estruendosas y escalofriantes risas.

—Perturbador —dijo Allison en un susurró y me tuve que morder la lengua para no reírme de su cara.

—¿Cómo se llaman, humanos? —preguntó Marcus con un amago de sonrisa.

—Poe y Chelsea Rogers —dijeron ambos rubios al mismo tiempo.

—Eso si es perturbador —le dije a Allison mientras señalaba a los mellizos con las cejas elevadas, la pelinegra soltó una risa y miró hacia donde estaba Marcus.

—Allison Smith, un gusto —dijo posando sus orbes  azulados en los rojizos del hombre, todo quedó en un completo silencio hasta que la pelinegra me miró.

Me miraba a mi y señalaba levemente hacia donde estaba Aro, sabía bien lo que quería, tenía hambre y quería comida. Le negué con la cabeza para hacerle saber que no le iba a decir a Aro si podíamos salir a comprar comida, ella me miró de nuevo con súplica y puse los ojos en blanco mientras soltaba un suspiro.

—¿Sucede algo? —la voz del pelinegro se escuchó entre todo el lugar, mire una última ves a Allison y luego mire al vampiro.

—¿Podemos salir a comprar comida?, Allison tiene hambre —hablé y pude sentir la mano de Allison apretar la mía.

—Claro que pueden, pero tienen que ir con alguno de nosotros —hablo mientras le indicaba a Jane que fuese con nosotras.

—Gracias, Frey —dijo Alli con felicidad y me dio un beso casto en los labios y salió corriendo hacia el cuarto a buscar dinero, por mi parte me quede ahí bajo la mirada sorprendida de todos, menos la de Chels y Poe, y antes de irnos con Jane lo último que escuché fueron dos gruñidos.








Nos leemos pronto.

PRINCIPESSA | Alec VolturiWhere stories live. Discover now