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Volvieron a su vieja rutina, tomarse las manos y caminar por largos ratos, haciendo avanzar las paredes, mirando a la nada.
—¿Cuanto crees que dure esto? —murmuró Lisa—. ¿Cuantos días han pasado?
—Quizás semanas.
—Es raro... ¿No te parece raro que no comamos? —preguntó, tocando su estómago—. Pero tampoco tengo hambre... Ni sed.... Ni ganas de ir baño...
Jennie la miró, notando cómo sus ojitos se movían mientras intentaba pensar, y sacar una conclusión, la dejó tomarse su tiempo.
—¿Y si estamos muertas? ¿Y esto es una especie de más allá?
Jennie aguantó una risa, acarició el cabello de la chica con ternura, sus ojos la miraron desconcertados.
—¿Qué? —preguntó Lisa, ofendida.
—Es un poco fantasioso, Lili —dijo—. Es como un más allá, pero creo que puede ser algo como otra dimensión...
—¿Otra dimensión?
Jennie asintió.
—Debemos estar conectadas a otra realidad, que es lo que vemos, que es controlada por alguien... Y nuestros cuerpos deben estar conectados a suero, y a una sonda, para alimentarnos, junto con alguna especie se sedante, para no despertar, en nuestra dimensión...
Lisa frunció el ceño, haciendo un puchero.
—Mi teoría sonaba más bonita.
Jennie rió con ternura, dejando ver sus rosadas encías, Lisa quedó algo fascinada por tal sonrisa.
—Tu teoría es genial —dijo la castaña, acarició su mejilla y dejó un beso en su frente, haciendo que esta se ruborizara.
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