Capitulo 6

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Abro la enorme puerta entrando en la sala de Cuidados Intensivos, arreglo mi mascarilla y sujeto bien los lazos del equipo médico.

Diviso a Christopher estático, varios tubos salen de su nariz dándole oxígeno y otros enganchados en sus brazos drenando su sangre y colocándole limpia.

— ¿Como se encuentra? — pregunto, el doctor da varios pasos hacia la camilla. — Aún está bastante débil y no hay bastantes posibilidades de que despierte. — de verdad lo veía venir, 6 disparos no se van con un Ave María.

Y el dinero no puede comprar una vida.

— Sal de la habitación — ordeno hacia el médico, me observa con cautela intentando entender mi forma de hablar, pero si yo no la entiendo menos él — Espero que hayas entendido lo que dije porque no pienso repetirlo una vez más — aprieto los dientes, asiente e intenta palmear mi hombro antes de irse.

Camino con cautela hacia la camilla, tomo asiento en la silla que reside al lado. Envuelvo la mano de Christopher entre mis dedos antes de hablar — Hijo de tu putisima madre. — regaño — Me enteré que lo has visitado... le has hecho una visita a ese niño y yo ni siquiera sabía incluso le has puesto un puto nombre, no tienes derecho a hacer eso... no puedes intentar forma parte de su vida si yo no quiero.


— No quiero que viva con nosotros y forme parte de nuestro legado. Quiero que tenga una vida sana y libre aunque tenga que hacer como que no lo conozco, ¿entiendes? Nikolai Kuznetsov no existe y no existirá.

Una traicionera y pequeña lagrima cae de mi ojo, la limpio rápidamente antes de que la capte alguna cámara de seguridad. — Lo siento pero no tengo huevos suficientes para reconocerlo como mi hijo y dejar que le hagan daño — me levanto y suelto su mano.

Su dedo índice se levanta lentamente hacia arriba. El asombro cruza mi rostro, con bastante rapidez me acerco a su rostro y lo examino — ¿Estas vivo? — reviso sus pulsaciones en el aparato y son lentas.

— Mueve algún dedo si me puedes escuchar, Dryan — digo, la poco esperanza que guardaba dentro de mi sale a la luz cuando vuelve a mover el dedo con lentitud.

— Estas despierto, Cabron — dejo caer mi cuerpo en la silla. La puerta se abre y Axen entra por ella — Sophya quiere hablar contigo. — me extiende el celular. — Está enojada. — murmura.

Tomo el celular y cierro la llamada — No tengo tiempo para ella. Christopher está semi despierto así que llama al doctor.


Sophya Nataly Kuznetsova

La llamada ha finalizado. Frunzo el ceño mirando a Rayen. — Me Han colgado — murmuro sin entender.

— Sabes que Tyson está ocupado en demasiadas cosas para atrapar a Mirt. Concentrémonos tu y yo en acabar este encargo porque la gente de Rusia no me gusta, parecen una puta secta entre todos.

Entiendo lo que Rayen dice cuando todos giran sus ojos hacia nosotros para vernos — Es como si esperan algo de nosotros o que nosotros digamos algo — susurra a mi lado, lleva la mano al bolsillo de su arma cuando alguien se acerca a nosotros.

— Disculpen. ¿Quisiera saber el estado de Christopher? Hemos escuchado que se encuentra mal, quisiéramos hacerle una celebración para su recuperación — las palabras de este hombre me llenan el corazón y mi pecho se estruja.

— Claro que pueden pero nosotros tenemos que irnos ahora. Muchas gracias por su visita - tomo con fuerza la mano de Rayen y cruzo entre las personas esquivando sus regalos y abrazos.

Sin guardias es más difícil mantener a todos lejos, por suerte a nosotros en Rusia nadie nos toca, más bien nos halaban y eso debemos agradecerle a papá.

Una pelinegra delgada con un bebé entre brazos toma del brazo de Rayen — ¿Nyan ha venido con ustedes? — pregunta, las ojeras y ganas de llorar se reflejan en sus ojos.

— No — comento tajante, vuelvo a caminar pero me paro de golpe cuando Rayen lo hace — Le he enviado un montón de mensajes pero no contesta, de verdad que... — Mi primo la interrumpe antes de Que acabe de hablar.

— debe retirarse señorita y creo que no es conveniente que ande con su bebé de esa forma — señala al niño entre los brazos de la mujer.

El bebé tiene pequeños cabellos color rubio y sus ojos son tan pequeños y no se distingue bien el color pero podría decir que es de un tono claro. Menea las manitas cuando me paro frente a él, sus mejillas rosaditas parecen adorables, suelta un bostezo.

— ¿Puedo? — estiro las manos. La mujer me mira perpleja durante unos segundos y luego asiente levemente — Claro.

Con cuidado retiro el niño de entre sus brazos, el bebé se aferra a mi cuerpo como cualquier persona que busca protección — ¿Cómo se llama? — murmuro haciéndole leves caricias.

— Nikolai — observa a Rayen y este raspea incómodo.

— Sophya Tenemos que irnos — murmura mi primo a mi lado con impaciencia — Dame 2 minutos. El bebé es demasiado lindo, me recuerda a alguien. — las largas pestañas de Nikolai se abren al igual que sus ojos y me observa con dulzura.


— ¿Cuantos meses tiene? — miro a su mamá. Parece incómoda con la situación al igual que Rayen y no entiendo el porqué de ello. — 3 meses y medio — asiento estirando los brazos para que lo coja, Rayen mueve el pie nervioso mientras mira su reloj.

— Un gusto Nikolai. — sonrío y le acaricio las mejillas al momento en que su madre lo toma en brazos. — Espero volver a verte.


Emprendo mi camino hacia la salida.

— No te vuelvas a acercar a Sophya. Estas mal de la puta cabeza — amenaza Rayen. Me giro bruscamente — Rayen para de una maldita vez y deja de amenazar a la pobre chica, larguémonos ya. — ordeno, asiente sin quitar ojo de la chica.

Aprieta los dientes y luego me sigue. — Tienes que seguir las órdenes, Sophya. Nada de perder tiempo y menos con personas que no conoces. — ruedo los ojos escuchando sus quejas.

— ¡Viste! Es demasiado precioso ese bebé, me recuerda a las fotos de Tyson de pequeño.

Ignora lo que acabo de decir y me abre la puerta del auto. — Para ya de hablar del hijo de esa mujer — argumenta con fastidio, azota la puerta y entra del otro lado.

— Yo hablo de lo que quiera y cuando quiera. No me tienes que mandar — murmuro.

— Si, pequeña Kuznetsova pero Tyson nos ha mandado a algo y no creo que le agrade el hecho de que hemos perdido el tiempo con su... — para de hablar al darse cuenta del casi error que comete.

— ¿Su que? Termina la frase, Rayen Kuznetsov — ánimo, nada puede ser tan malo. Nyan es uno de los mejores chicos que conozco.

— No es nada — enciende la música y olvida el tema.

Soy el único ser de la familia que no sabe nada de nada o quizás solo soy el único que ser que no quieren que sepa las cosas.

Maldita sea.

Nota de la autora

Espero les guste

Hermanos KuznetsovWhere stories live. Discover now