Capitulo 12

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Tyson Nyan Kuznetsov

Termino de llegar a las escaleras de la mansión, Aleskha sostiene al bebe en brazos mientras mira en mi dirección. Me paro recto y cruzo por su lado.

— Necesito un favor, Tyson — murmura haciéndome detener El Paso, me giro a mirarla — Tengo que investigar el asunto de Mirt, ¿crees que puedes quedarte con Nikolai unas horas? — me extiende al niño, frunzo el ceño y suelto un suspiro.

Le quito el bebé de los brazos y sin esperar una respuesta continúo caminando. Nikolai suelta ruiditos de felicidad entre balbuceos, sin previo aviso sonrío.

— Pasaremos un gran día, Nikolai.


***

Me cago en todo, mi hijo no para de chillar en los 15 minutos que llevamos en la oficina. Sé que odia este ambiente cerrado y solitario porque yo también lo hago.

El siguiente grito es más agudo que los otros, me levanto rápidamente y llego hasta él, lo tomo en brazos e intento descifrar que necesita. — Ya has comido... te han cambiado la ropa... ¿Que coño quieres? — pregunto en un susurro, Nikolai se ríe.

Ya sé. Necesita tiempo Papá e hijo, claro. Yo también lo necesitaba cuando era pequeño.

Me siento en el sillón, presiono los muslos uno contra otro, coloco a Nikolai entre mis piernas sin saltarle la cabeza. Vuelvo a fruncir el ceño, se ve tan frágil y delicado. Detallándolo bien tiene un tono gris claro en sus ojos, para tener poquito cabello se le ve rubio y sus mejillas decoradas con un rosita claro.

— ¿Eres mi hijo, de verdad? — suelta una carcajada.

Río encima de la suya. — Heredaste el tono grisáceo de todo Kuznetsov en los ojos. — coloco mi dedo en su mejilla ahuecándola para que se ría, abre la boca sonriendo.

— Nikolai... ¿Crees que tú mama me quiera?.

Chasqueo la lengua ¿Que coño estoy diciendo?.

— ¿Por qué los humanos se esmeran en olvidar todo lo que hiciste por ellos en un chasquido de dedos? — cambio rotundamente de tema. Ruedo los ojos sabiendo que no obtendré respuestas.

Levanta su mano y la lleva a mi cara, casi mete su dedo dentro de mi ojo — Ay, cuidado. — me quejo.

Me levanto del sillón y salgo de la oficina con Nikolai en brazos. Lo coloco contra mi pecho a la vez que subo las escaleras, su frágil cuerpo se relaja ante mi tacto. Entro en mi habitación.

Está todo organizado como siempre, mientras menos cosas haya en medio mejor será para cuando tenga mis ataques de ira.

Coloco a Nikolai en la cama a un espacio bastante lejano de la esquina. Me quito el saco con prisa. Creo que si tomo una siesta olvidaré todo lo que Sophya dijo y volverá todo a la normalidad.

— Nikolai espero que tengas un sueño pesado, porque papá necesita dormir hasta que el mundo recapacite.

Me dejo caer en la cama. Intento que Nikolai quede entre mis brazos por si despierta para que no se mueva, dejo un pequeño beso en su cabeza antes de cerrar los ojos.

Hermanos KuznetsovOnde histórias criam vida. Descubra agora