Capítulo 22

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Los malestares no cesan, al contrario, cada vez me siento peor. Y hoy me siento tan cansada y enferma, que no soporto mucho estar en el bosque, y termino regresando temprano a casa para descansar.

Antes de llegar, voy directo a casa de los Hawthorne. Y no sé qué le habrá dicho Gale a Hazelle, o si le habrá dicho algo de nuestra situación, pero ella me sigue tratando como si nada. Me la encuentro, y me saluda. No hace preguntas sobre mi matrimonio con Gale, ni nada al respecto, lo cual es raro, porque seguro los rumores han volado rápido ahora que he regresado a vivir con mi madre.

Intento no darle mucha importancia, y me voy a casa. Llego, y me voy directo al dormitorio. Me acuesto, y me tapo con las mantas. Supongo que el estar comiendo poco ya ha hecho de las suyas.

—¿Katniss? —escucho, y veo que mi madre entra al dormitorio—. ¿Qué ocurre? Creí que ya estabas mejor.

Me siento sobre la cama, e intento aparentar que estoy bien.

—Lo estoy, es sólo que hoy caminé demasiado —se me queda viendo—. No pasa nada, de verdad.

Se me queda viendo, pero no hace más preguntas. Sólo me trae la infusión que me ha estado dando Prim para las molestias estomacales.

Me quedo el resto del día en casa, y cuando despierto, igual que todas las mañanas, comienzo a sentirme mal, por lo que voy al baño y devuelvo lo que tengo en el estómago. No sé qué ocurre, pero no puede ser algo bueno. Ahora sí he comenzado a preocuparme de que se trate de algo serio, porque no veo mejoría.

Me lavo la boca, y regreso a la cama. Quiero ir al bosque, porque aún es temprano, pero mi cuerpo me obliga a quedarme acostada otro rato.

Lo hago, y cuando Prim y mi madre despiertan, también me levanto y desayuno con ellas. Después, voy al bosque. Sólo recolecto y reviso las trampas, no me siento bien para cazar. Encuentro algunos conejos atrapados, y el alivio vuelve, porque ya tengo algo para llevar a casa.

Me voy al quemador para conseguir algunas cosas que necesitamos, porque no pienso ir a la ciudad. Evito ir allí para no encontrarme con él. Intento mantenerme lejos, y seguir con mi vida. Es la única manera de sobrellevar esto. Es lo mejor.

Termino con los intercambios, y voy con los Hawthorne. Hazelle se encuentra afuera, lavando una tonelada de ropa.

Me acerco.

—Katniss —sonríe al verme, y se seca las manos en el mandil—. ¿Cómo estás?

Intento sonreír.

—Bien, te traje algunos conejos —le entrego las presas—. No pude conseguir mucho hoy.

—No te preocupes, encontraré cómo hacer un buen estofado con esto.

Me mira, de la misma manera que los últimos días, y parece percatarse de algo.

—¿Segura que estás bien? Luces algo enferma. Te he notado bastante cansada, y además estás pálida.

—Llevo algunos días así, fue por algo que comí en el quemador.

No deja de verme.

—¿Qué síntomas has tenido?

—Nada importante. Mareos, náuseas, cansancio... Prim ha dicho que es por una intoxicación.

Se cruza de brazos.

—No lo sé, para mí que es algo más —me mira de manera cómplice—. Te noto diferente, sí pareces enferma, pero hay algo más —le aparece una sonrisa en la cara—. ¿No estarás embarazada?

Abro la boca para negarlo, pero me detengo un momento para pensarlo.

Todos los malestares coinciden. Todo tiene sentido.

Siempre has sido tú Where stories live. Discover now