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Stephanie sabía que se encontraría con un niño luego de que el evento terminara, pero lo que nadie le advirtió, fue que el pequeño era una cosita tan tierna y peligrosa para ella. ¿Desde cuándo quería estrujar a un mocoso y revolverle el cabellito como si fuera un Golden?

Oh, pero lo que definitivamente acabó de hacer volar su cabeza, fue el hombre en el cual el niño se ocultó luego de que Bucky le metiera tremendo susto.

Se trataba de un hombre ligeramente más bajo que ella. Si no se equivocaba, estaba segura que debajo de esa ropa se escondían unos tonificados músculos, se daba la idea, pues el pantalón, aunque no ajustado, le permitía a la rubia hacerse una idea de que tenía unas poderosas piernas. Además, esa llamativa barba y sus ojos... Diablos, sus ojos. Steph casi estaba segura que era el hombre más atractivo que había tenido la oportunidad de ver. Era hermoso.

Pero bueno, no había tiempo para delirar. Su atención volvió al niño el cual la miraba con asombro. Ella se arrodilló y comenzó a charlar con él.

—Cierra la boca, Tony—musitó May, en un tonito divertido, al genio.

Tony carraspeó de manera nerviosa, se giró un poco y rascó su nuca. Hubiera dicho algo ingenioso, pero se había quedado bobo con la rubia. No tenía nada que decir ante lo obvio. Pero vamos, Tony no recordaba a ninguna mujer que haya llamado su atención, después de que se convirtió en padre soltero. Lo que estaba pasando era digno de recordarse: Tony Stark tenía un crush con la luchadora más ruda de la WWE y además, la favorita de su hijo. Debería estar aterrado, pero lo cierto es que solo se sentía extrañamente emocionado mientras la miraba, y más aún al verla interactuar con su pequeño. ¿Sería tiempo de que Peter tuviera una mamá? Pero, ¿Qué carajo estaba pensando? La mujer ni siquiera lo conocía, Tony estaba haciendo toda una telenovela en su cabeza cuando era la primera vez que se veían en persona, y por cierto, ella estaba concentrada en su retoño y nada más.

Tony bufó frustrado y May soltó una risita.

—¿Por qué no te acercas, hijo?—preguntó Ben, hablando por primera vez, comprendiendo lo que sucedía.

Tony entrecerró sus ojos y miró a la pareja con contrariedad. ¿Acaso ellos estaban tratando de hacer de cupido?

—Esta es una sorpresa para mi hijo—musitó Tony—. No me metan en sus raras ideas que se forman en su cabeza—añadió, tratando de negar cualquier tipo de atracción que sintiera por la rubia.

Sin embargo, antes de que Ben volviera agregar algo, Peter llegó dando saltos hacia ellos, tomó a su papá de la mano y lo arrastró hacia el par de luchadores que miraban la escena con algo de diversión. Bueno, el soldado parecía apático, pero no estaba de más pensar que sí se estaba divirtiendo.

Tony sonrió incómodo al estar frente a los luchadores.

—Emmm, hola—saludó con una ligera sonrisa de lado.

—Este es mi papá. Es el mejor mecánico de tooooooooda la ciudad—contó el pequeño.

Tony arqueó una ceja y miró a su hijo.

—¿De la ciudad?—dijo con un tono petulante, olvidando momentáneamente dónde, y frente a quienes estaba—. Soy un genio, mocoso. Dudo que haya otro mecánico como yo en cualquier otro lado.

Steph soltó una corta carcajada y Tony se sorprendió ante aquel sonido. Su corazón se aceleró de emoción.

—Hace falta modestia...

—Tony—añadió el genio, para que la rubia supiera su nombre.

La capitana sonrió ladina pero luego se puso seria.

—Tony. Un placer—dijo estirando su mano.

—Lo mismo digo—agregó el castaño, tomando el saludo.

Al parecer sus manos y sus ojos se quedaron prendados por demasiado tiempo, pues solo se soltaron cuando el soldado del invierno carraspeó. Steph sonrió incómoda y Tony solo hizo una mueca extraña.

La entrevista solo siguió por unos minutos más. Se tomaron varias fotos con los luchadores, obtuvieron algunos autógrafos y camisetas del evento de edición limitada y al momento de despedirse, Tony deseó que aquello no acabara jamás. O al menos, pedía por un reencuentro con esa rubia en un futuro no muy lejano. Por extraño que pareciera, sentía un profundo pesar en su pecho al pensar que después de esto, ella se olvidaría de todos ellos. Como fuera, no había caso lamentarse. Ni siquiera había un futuro que imaginar.

Fanáticos De Las Luchas (TERMINADA)Onde histórias criam vida. Descubra agora