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No fue difícil comenzar a llevar una relación con Tony. Si bien no habían formalizado las cosas, se sentían cómodos entre ellos y eso estaba bien.

Todos fueron constantemente invitados de Steph en las luchas, así que se podría decir, que ahora las veían en vivo, aunque solo se tratara de los días cuando ella participaba. Era magnífico verla subir al cuadrilátero, pero para Tony, era demasiado difícil ver las ocasiones cuando ella salía lastimada. Sufría en esos momentos, no tenía idea de que la lucha femenil resultara ser tan ruda.

***

Era viernes y los Stark y los Parker estaban esperando a Stephanie tras bastidores. Habían acordado ir a casa de Tony después de la función y festejar su victoria. Ella apareció casi 30 minutos después, sonriendo y disculpándose por la tardardanza.

Cuando salieron al estacionamiento, la mirada de Tony se encontró inmediatamente con aquellos ojos azules y frívolos que no pensó volver a ver. Miró de soslayo a sus acompañantes antes de indicarles que fueran subiendo al auto.

Steph se extrañó demasiado al verlo alejarse hacia un hombre de cabello castaño claro, casi rubio, que portaba un pulcro traje blanco.

—¿Quién es él?—preguntó Steph, una vez que quedó sentada al lado del copiloto.

May estaba cruzada de brazos. Parecía bastante molesta.

Ben suspiró y fue el que respondió.

—Es Gregori. El hermano de Tony.

Steph no pudo evitar que la sorpresa marcara sus facciones. Tony Stark... Claro, debió imaginar que el apellido venía de ellos. Aunque en un principio lo pensó, no le dio importancia, pues no creía que se tratara de la misma familia. Sin embargo, ahora sabía que había sido un error no saber al respecto.

***

—¿Que haces aquí?—masculló Tony una vez que estuvo frente a su hermano.

Gregori sonrió petulante.

—¿También tengo prohibido verte?—preguntó, desviando un poco la mirada hacia el auto familiar.

—Responde, idiota.

Gregori negó aún sonriendo.

—Creí que era una broma cuando supe que te estabas enrollando con alguien de este circo—dijo el mayor de manera despectiva—. Parece que vas de mal en peor en tus gustos, hermanito.

Tony viró sus ojos.

—No te interesa. Si no tienes nada más qué decir, yo me largo.

La mano de Gregori se cerró con fuerza sobre el antebrazo del castaño. Tony sintió su sangre hervir y de un fuerte jalón se soltó.

—No me toques—gruñó el mecánico.

—¿Estás buscando visibilidad, Tony?—preguntó el mayor, ahora con seriedad.

Tony apretó la mandíbula.

—Te estás volviendo más imbécil.

—La prensa ha comenzado a rumorear cosas. Si no ha salido mucho a la luz es porque yo me estoy haciendo cargo—Gregori comenzaba a parecer molesto, pero seguía tranquilo—. Más te vale dejar de jugar a la casita con la rubia esa, es una figura pública.

—Voy a hacer lo que se me dé la gana. Lo que pase contigo y la empresa me vale un carajo. No es mi problema.

Tony le dió la espalda a su hermano y caminó hacia su auto, sin embargo, las palabras de Gregori lo dejaron helado a medio camino.

—¿Crees que ella va quedarse contigo después de que descubra tu pasado?—Gregori sonrió victorioso—. Aunque... Pensándolo bien... No está mal. Estoy seguro que podría divertirme con ella mientras tú...

Gregori aterrizó en el suelo como peso muerto. Tony se giró asustado para ver lo que sucedía, encontrándose con Stephanie con su rostro ligeramente colorado por el enojo, mirando con rabia a su hermano.

—Estúpido—gruñó ella, se dirigió al castaño, lo tomó de la mano y lo guió de vuelta al auto.

Aparentemente, mientras hablaban, Steph había bajado del auto y se había acercado a ellos con cautela. De cualquier forma, Tony se sentía satisfecho.

El regreso a casa fue silencioso. Nadie dijo nada. Peter se durmió en el camino, los Parker se despidieron al llegar, pues sabían que Steph y Tony necesitaban hablar.

Y así fue.

Luego de que Tony acostara a Peter, ambos se quedaron en la sala. Tony se sentó en el sillón mientras Steph permanecía de pie.

Tony tardó en armarse de valor para comenzar a hablar.

—¿Que tanto escuchaste?

—Lo suficiente para desear partirle la cara a ese idiota.

Tony sonrió.

—Es mi hermano.

Steph lo miró incrédula.

—Eso no le quita lo idiota.

Tony suspiró.

—Él tiene razón en algo... Soy un Stark. Mi pasado no es el mejor y al parecer los paparazzis se han estado haciendo más presentes desde que...

Steph se quedó pensando. Era cierto que ella era una figura pública. Aunque Tony no lo era, lo fue en un pasado, y al ser su familia el centro de atención la mayor parte del tiempo, seguramente no dejarían pasar el hecho de que él salía con una estrella de la lucha libre.

Suspirando, la rubia se sentó a su lado.

—Yo no tengo problema con eso—dijo ella con seguridad.

—¿Con qué exactamente?—preguntó el genio.

—Con nada. Ni con tu pasado, ni con el hecho de que nos vean juntos, ni con lo que sea que haya pasado con tu familia... Me importa lo que tenemos ahora.

Tony la miró con emoción. Parecía como si realmente las cosas fueran tan fácil cuando ellas las decía de esa forma. Se inclinó un poco y la besó. No sabía cómo expresar lo mucho que estaba agradecido. Tony tampoco creía que la situación fuera tan mala, pero Gregori... Gregori era capaz de hacerle la vida imposible, con tal de dejarlo hundido en el pasado y en la miseria. Tony no deseaba que Steph resultara lastimada por su familia.

—Mi familia... Realmente son de armas tomar—Tony esperó ver duda en sus ojos, pero no fue así—. Nada de lo que diga te hará desistir, ¿Verdad?

Steph sonrió tranquila.

—No quiero separarme de ti. Has sido lo mejor que me ha pasado y no pienso dejarte ir—sentenció ella.

Tony solo negó y la volvió a besar. Quizás las cosas empeorarían, pero si se avecinaba una tormenta, era mejor atravesarla acompañado. Muy bien acompañado.

Fanáticos De Las Luchas (TERMINADA)Where stories live. Discover now