Dust in the wind ¦ Aruannie / Jeanpiku

Querido mejor amigo

Hola, lamento estarte molestando, soy yo, Armin, aunque de eso debiste darte cuenta con solo ver mi letra, puesto que no ha cambiado casi nada, o ¿qué estoy diciendo?, no verás esto de todas maneras, pero supongo que me gusta creer que lo harás, resulta liberador imaginar que, de alguna forma, todavía puedo comunicarme contigo.

Hay mucho de qué hablar pero honestamente preferiría por un rato fingir que solo somos dos viejos amigos poniéndose al día, porque eso es lo que somos, ¿no?, un par de hermanos que llevan años sin saber del otro, porque estaban ocupados viendo en direcciones contrarias, dejando atrás cualquier vínculo emocional para enfocarse en lo que consideraban más importante, y que al final, terminó siendo un lastre. Al menos por un rato, me resulta agradable imaginar que estarás de acuerdo conmigo al decir que el conflicto puede ser descaradamente ignorado, porque entre hablarnos como Eren Jaeger, asesino de la humanidad y último portador del titán de ataque y el fundador, y Armin Arlert, héroe, salvador y último titán colosal, me es más llevadero solo ser Eren y Armin, el par de niños de Shinganshina que tenían sueños demasiado ingenuos como para hacerse realidad, y que después de mucho, por fin han vuelto a retomar la conexión. Sé que donde sea que estés, opinas igual en este punto.

Sabrás que estoy bien, ahora vivo en Marley y procuro visitar Paradis al menos una vez al año —eso en los mejores años, no puedo prometer que sea una tradición anual, porque no lo es, he tenido otras prioridades y Paradis sigue resultando peligroso para mí y mi familia, pero de eso hablaré más adelante. Todo a su tiempo—, con tal de visitarte a ti y Mikasa en especial a esta última, quien sabrás se ha estado dando la oportunidad de conocer gente nueva y tener la vida tranquila que siempre soñó tener.

Tiene un hermoso hogar, y los niños del orfanato la aman, porque no habrás esperado que no siga contribuyendo a la causa, trabaja de cerca con Historia para asegurar protección y cuidado a todos huérfanos de la isla. Protección y cuidado que en su momento, no se nos dio, pero que me alegra no tenga que seguir ocurriendo. Ella sigue ayudando, dejó de pelear, y aún así, se las arregló para segur luchando. La admiro mucho en este aspecto, consiguió salir adelante después de lo sucedido. A su manera, claro.

Aunque... Te sorprenderá saber que no hablo tanto con Mikasa como aparento. No, eso se lo dejo a Annie, —sí, has leído bien, la misma Annie que te solía poner de cabeza en los entrenamientos—, puede que trabajar en conjunto después de algunos años y encontrar puntos en común les sirviera para crear un vínculo. O eso supongo yo, son como amigas ahora, pero no tan cercanas, amigas de la clase que se escribe cartas regularmente informando de sus vidas, pidiendo consejos y tratan sus frustraciones sin la intención de romantizar nada. Todo entre líneas, nunca se sabe que puede llegarse a filtrar. Pero eso sí, las veces en que han llegado a verse cara a cara, tienen pláticas más largas de las que tú y yo habríamos esperado viniendo de ellas. Reiner bromeó en una ocasión con que ahora eran como hermanas, y les llama cuñadas. Me gusta pensar que ahora se ven así.

Debo reconocer que a veces le tengo un poco de envidia a Annie por ello, ya quisiera yo poder seguir hablando con Mikasa con tanta familiaridad. Quiero decir, no me malentiendas, Mikasa siempre será alguien importante para mí, como una hermana, o una cuñada, pero no tengo el tiempo ni las palabras para comunicarme con ella. Casi siempre estoy trabajando, y cuando no, prefiero pasarla con mi esposa e hijos que escribiendo cartas largas para personas que hoy en día han pasado a convertirse en parte de mi pasado, y que no llego a ver por más de una semana en los mejores años. Extraño a Mikasa, y sé que cada que nos volvemos a reunir el sentimiento de familiaridad y cariño sigue ahí, es sólo que, las circunstancias ya no son las mismas, y los años se esmeran en querer convertirnos en un par de desconocidos. De pláticas largas y profundas, pasamos a silencios tensos e incómodos que solo se cortan con preguntas triviales o la mención de los niños.