CAP 7

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El teatro estaba repleto.

Dioses y aventureros se encontraban dentro charlando animadamente.

La velada aún no había iniciado, sin embargo se encontraban ansiosos porque comenzará.

Todos tenían grandes expectativas de lo que se llevaría acabo esa noche.

Amaterasu, la cual miraba todo desde la parte superior sonrió ligeramente.

Sus ojos contemplaban el lugar con gran entusiasmo.

A su vista aquel lugar era increíble.

Todo era elegante y hermoso.

Sin duda un lugar magnífico.

Abel y Aiko se encontraban sentados al lado de su diosa, acompañándola y protegiéndola.

Ellos sonrieron al mirar el entusiasmo que reflejaban los ojos de Amaterasu.

--¿No les parece hermoso este lugar, niños?

Pregunto la diosa con una sonrisa.

--Es un lugar muy hermoso, kami-sama.

Hablo Aiko con una sonrisa.

--Sin duda es un lugar hermoso, sin embargo tenemos que estar atentos en todo momento.

Dijo Abel mientras miraba el lugar.

--Tienes razón, no podemos bajar la guardia.

Aiko hablo con seriedad.

Amaterasu se enderezó en su asiento y miro a sus hijos con una sonrisa.

--Tranquilos chicos, no se preocupen, todo va a salir bien.

Ella les dio una gran sonrisa a ambos.

--Es verdad kami-sama, todo estará bien.

Aiko le dio una sonrisa.

--Sin embargo, hay algo que me inquieta.

Dijo ella mientras llevaba una copa de vino a sus labios.

--Tenemos que confiar en Bell y en Mari, en caso de que haya un ataque tenemos que proteger a kami-sama a toda costa.

Dijo Abel con seriedad.

Aiko no dijo nada y solo asintió ante las palabras de su vice capitan.

Ella sentía una ligera inquietud, pero siguió manteniéndose tranquila.

Preocupándose no lograría nada.

Sus oídos captaron un ligero alboroto.

El ruido venía desde la entrada del teatro.

Las personas habían empezado a murmurar por la llegada de alguien.

Miro en aquella dirección y pronto supo el motivo del ruido.

La diosa Freya había ingresado al lugar.

Su hermosa apariencia había atraído la atención de todos en el teatro.

Ella caminaba elegantemente.

El sonido de sus tacones al caminar llegaba a los oídos de todos.

Detrás suya se encontraba un hombre.

Un gran Boaz de dos metros de alto se encontraba caminando detrás de la diosa.

Aquel aventurero apodado como <El rey> estaba juntó a la diosa Freya.

Ambos vestían de manera elegante.

Su rostro era cubierto con un antifaz pero era fácil reconocerlos.

Luz cegadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora