CAP 12

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El aura de Bell se extendía por todo la habitación mientras su agarre sobre el cuello del hombre aumentaba cada vez más.

Aunque el peliblanco tuviera el rostro tapado se podía sentir su inmensa furia con tan solo mirarlo.

El miembro de evilus jadeaba de dolor mientras desesperadamente trataba de liberarse del agarre del chico.

-¿Que le estabas haciendo a mi diosa? -arremetió Bell con rabia.

Amaterasu quien se encontraba tirada en el suelo miraba a Bell con gran sorpresa y alivio.

Mientras que Hestia, Loki y Stella, no podían hacer más que mirar la escena con sorpresa por la repentina llegada del hijo de Amaterasu.

Bell, apretó más su agarre sobre el cuello del hombre empezando a asfixiarlo mientras alzaba su katana dispuesto a matarlo.

Cuando estaba listo para atacar fue detenido por la misma Amaterasu quien gritó apresurada.

-¡Espera Bell, no lo mates! -se apresuró a decir la diosa.

La orden de la diosa llegó a oídos de Bell, quien detuvo su katana en seco evitando la muerte de aquel sujeto.

El agarre que Bell ejercía sobre el cuello del hombre cada vez se iba intensificando más hasta el punto de hacerlo perder la conciencia.

El chico se encontraba realmente furioso por todo lo que le había pasado a su diosa, quería estrujar el cuello de ese hombre hasta matarlo, pero no sé opondria a la decisión de su diosa en dejarlo con vida.

Con cierta rabia Bell soltó el cuerpo del hombre lanzandolo con fuerza contra un muro.

Una vez hizo aquello no tardo en acercarse a donde estaba Amaterasu con gran preocupación.

-¿Kami-sama, se encuentra bien? -preguntó Bell preocupado mirando el aspecto de su diosa.

La vestimenta de la diosa era un completo caos, lo que antes era un hermoso kimono, ahora solo de encontraba manchado de sangre y de suciedad.

En su rostro se encontraban varias heridas producto de todos los golpes de aquel sujeto de Evilus. Una pequeña línea de sangre caia de su cabeza manchando ligeramente su rostro.

Bell no pudo hacer más que solo apretar los dientes con rabia al mirar el estado en el que se encontraba su diosa.

A pesar de las heridas en el cuerpo de Amaterasu, a esta parecía no importarle en absoluto y solamente miraba a bell con gran alegría y alivio.

-Bell, no sabes lo preocupada que estaba por ti -ella llevo una de sus manos al rostro del chico mientras una sonrisa crecía en su rostro.

El albino no pudo evitar sonreír de igual forma debajo de su máscara al mirar a su diosa.

-Aqui estoy kami-sama, no se preocupe más por mi -le dijo Bell mientras tomaba la mano de Amaterasu con delicadeza.

Cuando Bell se dispuso en ayudar a su diosa a ponerse de pie, un punzante dolor atacó su herida casi haciéndolo encorvarse.

-¿Te encuentras bien, Bell? -preguntó Amaterasu extrañada por la reacción de su hijo.

-No se preocupe kami-sama, estoy bien -dijo Bell con un poco de esfuerzo al tratar de disimular el dolor de su herida.

Aquello no convenció a Amaterasu, quien ahora miraba un poco preocupada a su hijo.

Antes de que ella preguntase algo, las demás se habían acercado a ellos.

-Bell-kun, que alegría saber que te encuentras bien -comentó la diosa Hestia la cuál se acercaba junto a su hija.

El chico miro de reojo a la diosa y pudo reconocerla rápidamente.

Luz cegadoraWhere stories live. Discover now