Corazón de Oro - Patata

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Seguía en mi habitación quitándome por fin la ropa que había llevado todo el día para trabajar, estar al fin mas cómoda con mi pijama mientras esperaba por mi esposa que saliera del baño, estábamos a mitad de semana pero por lo menos teníamos la certeza que el fin de semana podríamos disfrutar de tiempo libre con nuestra pequeña niña, vaya día habíamos tenido hoy.

En lo que había sido nuestro inicio de día como cualquier otro, lo que sucedía era que al llegar a la oficina después de haber resuelto un caso mas y no saber con que mas nos encontraríamos cuando algo nuevo sucedería, la calma podría acabar en solo segundos, pero aunque aquello tuviera su parte de estrés adoraba mi trabajo y por supuesto mi mujer también lo hacia.

Me cepillaba el cabello sentada en la mesita de noche donde teníamos nuestro espejo para cada vez que nos preparábamos, y en el reflejo del espejo pude ver como mi esposa salía con su bata de baño puesta y con una toalla secándose el pelo, sonreí porque no había nada mas hermoso para mi que verla y tenerla a ella cuando iniciaba y también cada que un día terminaba, siempre dije que era mi fuente de energía para dejar pasar un día completamente malo o estresante.

Saber que cada noche, después de cenar y de estar un ratito con nuestra hija la tendría a ella en la cama esperándome con los brazos abierto, era una forma en todo me reconfortaba, siempre lo dije desde que la conocí, ella se había convertido en mi lugar seguro... pero claro esto ahora era algo compartido, porque nuestra pequeña Sofía también parece que tenia eso en su mente, y sabia aquello cada que la veía en los brazos de su madre, podía ver ese brillo en sus ojos y esa mirada segura que ella siempre la va a cuidar...

Sentí como las suaves manos de Tasha se posaban en mis hombros y hacia una pequeña presión en ellos dejándome saber que el día al fin había terminado, que todo el estrés del día había que dejarlo ir, deje en la mesita de noche el cepillo y me puse de pie dándome media vuelta para verla a los ojos y sonreírle y hacer un pequeño puchero cuando vi como en su frente estaba la mariposita como decía Sofía, que la enfermera había puesto en el golpe que había recibido el día de hoy... Pose mi dedo suavecito y vi como se quejo por el dolor que le cause pero intento hacer como si no le doliera, porque claramente Tasha no quería que la vieran como una niña debilucha y me reí dejando un beso en sus labios porque estos gestos aunque a veces me desesperaban cuando eran situaciones mas graves, también me causaban ternura...

-Las chicas que nada les duele no obtienen mimos -me aleje un poco quitando mi bata de dormir para irme a la cama...

-Oh Dios, veo la luz al final del túnel -La mire como actuaba dramática tirándose a la cama y riendo -La chicas que nada les duele necesitan mimos... esa es su fuente de poder.

-Claro, ven a recoger ya tu poder -Me acomode en el espaldar de la cama y espere por ella.

No tardo e llegar a mis brazos y dejar su cara metida entre mi cuello y sus brazos rodearme como estaba acostumbrada a hacer desde que comenzamos a salir y yo adoraba también tenerla entre mis brazos y poder sentir todo la tranquilidad que aquello me daba.

-Qué crees que tenga que hablar la maestra de Sofí con nosotras el viernes? -pregunté mientras acariciaba sus hombros y sonreía al sentir como dejaba pequeños besos en mi cuello...

-Pues si algo ha pasado y no han defendido a mi niña, hago que cierren la escuela.

Se sentó en la cama y solté una carcajada

-Tu tendrías que ser inspectora de plagas y cerrar restaurantes, parece que te encanta cerrar establecimiento

-Cuando era niña y no me dejaban jugar las otras chicas llenaba globos con agua y detrás de un muro les dañaba todo su lugar y sus juguetes... -Me decía de lo mas normal en el mundo -Esa era mi forma de cerrar sus tontos restaurantes...

ONE SHOT. Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt