XIII

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el joven artista, reposando su cuerpo sobre aquel diván que decoraba aquella sala de estar en el apartamento que les pertenecía, repasaba con una pesada mirada aquel libro de tapa de cuero, las anotaciones que habia hecho durante la semana para poder darle alguna idea de que pintar para su próximo evento.

Con disconformidad, cerró aquel cuaderno dejándolo de lado, esas vagas anotaciones solo lo deconcertaban más, suspirando, se estiró sobre aquel mueble haciendo sonar los huesos de su cuello soltando un suave gemido con la satisfacción.

En eso, su mirada se posó sobre otra presencia, sobre cierta persona, la cual se encontraba estudiando a un lado de aquel ventanal.
la luz que entraba por este, acariciaba con elegancia la piel de su pareja, la suave brisa que era una fugaz visita, jugaba de forma tierna con los suaves mechones de su cabello azabache y aquellos luceros azules que eran sus ojos, reflejaron aquel paisaje a través de su mirada.
Llegando a taeyong, como la mayor obra de arte jamás pintada.

Y sus manos ardieron en deseo, no solo de poseer aquella presencia, sino de cumplir aquella fantasía.

-- Amor, estás bien? Te me quedaste mirando--

Esa sonrisa se hizo visible, estrujando el corazón del artista como si este estuviera amarrado con cuerdas, más bien, cadenas que lo ataban a aquella persona.
Por qué su corazón le pertenecía.

-- No es nada, mark, solo...ya se cual será mi nueva pieza principal para la galería de otoño--





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Las miradas asombradas se hicieron notar y el bullicio se hizo escuchar, pero la admiración se reflejaba en los ojos de cada uno de aquellos invitados.

Los cuales quedaron sorprendidos, por aquella pieza principal.


-- Nada mal, Taeyong, creo que sorprendiste a todos, nunca habías presentando un retrato--

El artista sonrió de forma cálida hacía quien era su mentor, para luego apretar aquel agarre que se encontraba en la cintura de su pareja.

Admirando a su muza y luego a aquel retrato de la misma, pesando que este no le hacía justicia a la excelencia de su persona, nada lo hacía, por qué era única.

Trago saliva, viendo aquella imagen, la mirada angelical reflejando llamas carmesí, aquellos labios, cubiertos de sangre...
Su cuello decorado por cadenas y correas de cuero, su cabello revuelto con pequeñas flores decorando este cubriendo uno de sus ojos.

Y en sus manos a la altura de su pecho desnudo, aquel corazón palpitante repleto de sangre, era estrujado por quienes eran sus cadenas.

Por qué si, ese ángel lo tenía en sus manos y no pensaba escapar.

-- No se ve hermoso?--















Wuuu hola hola como están todos? Capítulo completamente narrado desde la perspectiva de nuestro artista, les gustó? Espero que lo hayan disfrutado, hago todo esto por ustedes, byeee.

eres arte ─ yongmarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora