Capítulo 22

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Capítulo 22

La huérfana de Henoth

I

Eran cerca de las cinco de la mañana en medio del oscuro mar de pesadillas que marcaban los bosques cerca del sector de Henoth en Reich der Finsternis; las densas neblinas cubrían sus entrañas y desde las ramas de los árboles los cuervos emitían sus chirridos estremecedores. La guardia de Nick y Liz había terminado, ambos descansaban en la cabaña esperando el ocaso mientras que Bernard enfrentaba la desolación del panorama completamente solo, con la obligación de despertar a sus compañeros solo si algo fuera de lo normal ocurría.

Bernard había comentado el asunto de la niña de la cabaña con Nick, aunque el oficial no le dio mucha relevancia y le dijo que a menos que no fuera algo en verdaderamente importante no comentara más al respecto. Él observaba la cabaña con cierto aire de sosiego, hacía ejercicios para distraerse y quitarse de encima la agobiante sensación de que los ojos del mal lo visualizaban desde las entrañas del bosque de la perdición. Se registraron ciertos movimientos leves en medio de la hojarasca que al final de cuenta no fueron más que una liebre y un mapache. Pasó un tiempo junto con los caballos, que no abandonaron la zona y se alimentaban de unos matorrales.

Hizo un corto recorrido por la zona cargando uno de los rifles que los agentes alemanes caídos habían dejado. Eran tan pocas casas que difícilmente se podría considerar a un lugar como tal como aldea. Todavía le molestaban las heridas en el hombro y el rostro, pero estaba dispuesto a sobrellevar eso con tal de nunca más volver a ingresar al bosque en horas de la noche.

Estaba llevando a cabo su recorrido alrededor de la cabaña; hubo, sin embargo, un ruido, más brusco que los que había escuchado desde el inicio de su guardia, que le llamó la atención. Pasos de un ser de poco menos de un metro se escucharon a la redonda. Bernard presintió lo peor, hizo un esfuerzo por llenarse de valor y corrió con su rifle de asalto en mano listo para enfrentar cualquier adversidad, pero para su sorpresa, no había ningún peligro avecinándose; la responsable era la silueta de una pequeña niña rubia corriendo hacia la más grande de las cabañas. Fue a avisarle a sus compañeros, pero frenó en seco luego de que una sombra se aproximara a él; se alegró al saber que se trataba de Liz.

—¿Todo bien contigo? — le preguntaba la chica observando el rostro de preocupación de su compañero con ojos entreabiertos.

—Sí, creo— contestó mirando hacia la gran cabaña — Escucha, algo corrió hacia allá— señaló hacia el lugar donde la niña se había perdido.

Liz se preocupó al pensar que eso era un presagio de que algo terrible estaba por suceder, Bernard lo sospechaba igualmente. Recordaba haber divisado el semblante de una pequeña a través de las ventanas, cosa que comentó a Liz; ambos se pusieron de acuerdo en que lo mejor era investigar. Temían despertar a Nick, pues sus reacciones eran siempre inesperadas y quizá no le agradaría la idea de investigar una cabaña en medio de la noche, desviándose de su meta principal; antes de que pudieran ir a buscarlo, él ya se encontraba a la entrada de la cabaña fijando su inexpresiva mirada sobre ellos.

—Si van a investigar allá ahora, más les vale que de verdad sea algo importante— les advirtió Nick recargando su rifle.

—Podría ser una pequeña en aprietos— Liz caminó frente Nick para enfrentarlo, no soportaba ese nivel de indiferencia ante los problemas ajenos — creo que es tu deber como oficial ayudar a quienes te necesitan.

Nick limpió sus ojos con el fin de visualizar todo con claridad. Sin dirigirle la palabra a Liz, se limitó a caminar hacia la cabaña pasando de largo a los agentes y preparándose para investigar.

El legado de la sangre oscura (SPANISH ORIGINAL)Where stories live. Discover now