Capítulo 45

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Capítulo 45

La gran batalla

I

Cada día, cada minuto dentro de los confines de Reich der Finsternis no representó más que una manifestación de las peores pesadillas del ser humano. Nada de lo ocurrido, nada de lo vivido se asemejaba a lo que los agentes acababan de vivir, la temible bruja Anneliese Holzmann estaba frente a ellos, Liz jamás había sentido tanto terror en su vida, una sensación frenética que le hacía lamentar no haber muerto en las reiteradas ocasiones que escapó de las garras de la muerte. Su compañero Jake tampoco contenía el asombro.

—Querida Anneliese— celebraba el señor Holzmann ante el rostro iracundo de la bruja que no mostraba gesto de confusión— es un placer tenerte...

—¿QUIÉN ERES TÚ?— gritó Anneliese, su voz paralizaba toda criatura viviente con un espasmo, la mancha de la putrefacción no la había perdonado. Los Holzmann retrocedieron al oírla.

—Tus descendientes del nuevo mundo— respondió Friedrich, Anneliese lo miraba con seriedad— hemos seguido tu legado, amada reina, te hemos traído aquí para gobernar sobre nosotros— Anneliese sonrió, sus ojos brillaron como rubíes sangrientos— hemos llevado todo tu poder a un nuevo nivel, podemos crear un nuevo orden juntos, si te unes a mí. Nadie osará desafiarte, tú, mi familia y yo seremos un solo ser, conformado por todo el mundo, solo quienes nos acepten serán bienvenidos en nuestro mundo— sentenció Freidrich tendiéndole su mano a Anneliese— una parte de ti está en nuestra sangre querida reina, acepta mi propuesta, únete a mí, seremos los nuevos reformadores.

La duquesa, Ludwig y Ulrike unieron acompañaron a su padre, tendiéndole la mano a su nueva reina. Una expresión de descontento era perceptible en ella, Anneliese se acercó, dando la mano a Friedrich, sonrió al mirar a Ulrike a los ojos, por lo visto fue la intervención de la joven la pieza para conectar con la bruja.

—Bien— Anneliese sonreía con malicia detallando todo a su alrededor— puedo ver que, en efecto, no me mientes Friedrich, veo que has hecho un excelente trabajo restituyendo todo mi reino, tienes el control de todo, y eso me encanta. Pero ¿qué te hace pensar que yo tengo interés en reunificar a los mismos plebeyos patéticos que me condenaron al olvido total? — finalmente señaló a Liz y a Jake— nada más míralos, los mismos rostros de los impertinentes del pueblo, ¡me produce repulsión de verlos!

—¡Lo sé, querida reina! — repuso Friedrich— y es ese el porqué de mi propuesta. Reunificaremos el mundo y lograremos un cambio para bien. La especie humana alcanzará la iluminación real, la muerte no será más el fin de todo. Hemos instaurado un nuevo orden.

El rostro impío de Anneliese se deformó, sus llagas brotaban sangre, Liz no contenía la angustia, no solo de tener a Anneliese Holzmann de frente, también el hecho de que Anika había desaparecido.

—Tu propuesta es muy interesante, querido Friedrich— dedujo Anneliese, Liz y Jake quedaron atónitos al contemplar la forma en la que la suela de sus pies se desprendía del pavimento, estaba flotando en el aire— puedo sentir el poder de la sangre oscura, como nunca, recanalizo el poder de la mente hacia mí cuerpo.

La duquesa se aproximó a ella también, sus hijos mantuvieron sus posiciones.

—Yo he estado en estas tierras como máxima representante de su autoridad, gran reina—decretó la duquesa— yo Beatrix Marie Grünewald, esposa de su gran descendiente, Friedrich Maximilian Holzmann. Los mismos plebeyos patéticos de los que usted habla son ahora conscientes de los alcances de nuestro poder— señaló a los agentes y pasó a sus hijos— mis hijos, Ludwig Alexander Holzmann y Ulrike Margarette Holzmann y yo estamos de igual forma a su entera disposición— Anneliese observó a los dos jóvenes, con la sola mirada se evidenciaba cuanto empatizaba con Ulrike, a pesar de no haber dirigido una sola palabra con ella.

El legado de la sangre oscura (SPANISH ORIGINAL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora