~ EPÍLOGO ~

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Estos últimos tres años no habían sido nada fáciles, pero si especiales, como Prem diría. Criar a dos bebés con horarios apretados y con noches sin dormir era cansado. A veces Prem y Boun pensaban que no podían más, pero luego veían a sus hijos reírse de sus travesuras y suspiraban, sonriéndoles de vuelta.

Para el año siguiente que Prime y Kahi llegaron, ellos decidieron retomar sus estudios. Boun eligió mercadotecnia, porque le ayudaría a tener un buen puesto en la empresa de su tío, donde actualmente trabajaba, y también era algo que le gustaba. Prem decidió estudiar educación preescolar, porque bueno, adoraba a los niños, Prem trabajaba como cajero en una estética, una de las mejores del País, así que la paga era buena.

Hoy era un día muy caluroso, demasiado. Prem está sentado en el sillón de su casa, con un bote de helado en sus manos. En el suelo estaban Khai y Prim. La niña sólo tiene sus calzones puestos y Khai un pañal, ellos tienen también un bote de helado y sus bocas y mejillas manchadas. Boun estaba en el patio trasero haciendo algo que Prem desconocía.

- Papi. – Prim habla desde el suelo, limpiándose con su blusa que estaba tirada a su lado. – Dónde trabajas pinta cabellos, ¿verdad?

- Mmmm, si, si lo hacen. – Prem frunce su ceño, ante la pregunta de su hija. - ¿Por qué?

- Es que .... Quiero que me pinten el mío. – Dice la pequeña agarrando la punta de su cabello.

- ¿Por qué corazón, quieres que te pinten el cabello? Abre sus brazos y su hija corre a ellos. – Tu tienes un cabello muy bonito.

- Pero ni papá, ni ti lo tienen. – dice la pequeña con un puchero en sus labios. – Tampoco Khai.

- Tampoco nadie tiene los ojos como Khai ¿o sí? – le pregunta a su pequeña el castaño.

- No, creo que no. – Niega la pequeña, moviendo su cabeza. - ¿Eso que tiene que ver?

- Significa que ustedes son unos niños especiales, amor. – responde el omega con dulzura a su pequeña hija.

- ¿Eso es bueno? – La nariz de la pequeña era pringada con unas cuantas pecas, y estas resaltaban aún comas cuando la arrugaba como ahora

- Mucho más que bueno amor. – Dijo el omega reconfortando a su hija, mientras besaba su cabecita.

- ¡Khai, Prim! – Boun los interrumpe cuando grita desde afuera.

Los dos niños atienden al llamado de su padre, corriendo con sonrisas en sus rostros.

- ¡Una piscina! – Prim abre la boca y Khai chilla de emoción.

- ¡Siiiii! – Él más pequeño aplaude con sus pegajosas manos.

- ¿De donde la sacaste? – pregunto la pequeña pelirroja-

- La robe. – El alfa se ríe, viendo la cara de sus hijos.

Es una piscina inflable y pequeña, sólo para que ellos dos jugasen ahí. Prem sale sonriendo al ver a sus pequeños felices.

- Mira papi, papá nos consiguió una piscina. – Prim dice entrando.

- ¡Y la robó! – Ahora era el turno de Khai de entrar.

- Ah, ¿sí? – alza una ceja hacia el alfa. - ¿Para mi no pudiste robar un anillo de diamantes o algo así?

- Poco a poco. – Responde el alfa sonriente.

Prem se acerca al mas alto, besando su mandíbula.

Es verano y están de vacaciones en la universidad, pero no en sus trabajos, así que lo más cercano al agua que estarían sería esto y los niños parecían felices.

- ¿Qué haremos para el cumpleaños de Khai? – El omega se abraza al alfa, enrollando sus brazos a su torso.

- Podemos decirle a Ohm que traiga a los gemelos y ya. – responde el alfa rodeando a su omega de la cintura.

Prem asiente.

- Prim me preguntó si podía pintarse el cabello. – Comentó el omega algo preocupado por su hija.

- ¿Para qué?, tiene cuatro años. – dijo él alfa extrañado.

- Dijo que, porque nadie tenía así, ósea, ninguno de nosotros.

- ¿Qué le dijiste? – El rubio besa la cabeza de Prem, mirando a los niños salpicarse aguar y reírse entre ellos.

- Que tampoco Khai tenía los ojos como los demás y que eso les hacía especiales. – Él omega se separa de Boun, mirándole a los ojos. - ¿Algún día le diremos?

- Ya veremos Prem. - El alfa besa los labios del contrario y pronto escucha la risa de Khai y Prim burlándose de ellos.

Boun se separa de Prem para ir por la manguera y mojarlos, haciendo que los niños gritaran por el agua helada.

- ¡Papi, ayúdanos! – El niño grita entre risas, sintiendo el agua chocar contra su espalda.

- ¡Boun, deja a mis bebés en paz! – Prem grita y el rubio también lo moja.

- ¡Perdiste también, papi! – Prim grita riéndose junto a Khai.


(...)


- ¿Has sabido algo de Earth y Pavel? – Él omega le pregunta al más alto, secando el cabello de su hija, después de haberla bañado junto a Khai.

- Creo que se fueron de vacaciones. – Él estaba ayudando a su hijo a ponerse la pijama

- ¿Nosotros vamos de vacaciones? – la pelirroja se pone sola su bata.

- No creo amor, papá y yo tenemos trabajo. – Prem la arropa con la sábana hasta la barbilla, por último besa su frente.

Boun sube a Khai a su cuna, que al parecer pronto dejará de usar. Ahora Prem va con su hijo y le besa la frente y Boun hace lo mismo con Prim.

- ¡Buenas noches bebés! – Él castaño dice desde la puerta, apagando las luces.

- Buenas noches papi. – Contestan al mismo tiempo con voces adormiladas.

Prem comienza caminar hacia su habitación, cuando Boun lo toma por la cintura y lo carga.

- Es hora de que los papis. – se burla el rubio. – Se diviertan ahora.

Boun besa los labios del más bajo rudamente, haciéndolo jadear de la sorpresa. Prem pone sus brazos en el cuello del alfa.

- Diviértete solito. – dice burlándose del mayor.

- No seas pesado. – Se aleja con el ceño fruncido el mayor.

- Oh, tú no seas pesado. – Se ríe el castaño, trayéndolo de vuelta sobre él. – Ven aquí y ámame, Cariño.

Vuelve a besar sus labios, ahora con lentitud disfrutándolo.

- Mi alfa. – Prem jadea, siendo desvestido del torso.

- Mi omega. – Boun dice, mordisqueando la marca del castaño. 





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Bueno mis amores acá el epílogo de esta historia, nos falta aún el especial, así que espero que disfruten por mientras de este capítulo. No se olviden de votar y comentar, gracias por su compañía a lo largo de esta historia.

Nos leemos pronto.

Ven aquí, y ámame (BounPrem)~ Omegaverseحيث تعيش القصص. اكتشف الآن