VII

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Visualizó a Felix hablando con un castaño a lo lejos. Se veía muy feliz, o tal vez era el alcohol que cargaba encima.

Desde su asiento en un sofá, podía ver la pista de baile, algunos besuqueandose en esquinas y otros subiendo escaleras.

No veía a sus amigos desde que tomó su primer cerveza. Algo de dos horas, o más, no recuerda muy bien.

Volvió a observar al castaño pecoso, esta vez estaba solo, así que parándose de su asiento, caminó directo a él. En el corto camino, muchas personas chocaron con él y una chica lo abrazó por la cintura, pero ignorando todo, llegó hasta Felix, quien ya no estaba solo.

Lucía algo incómodo, miraba a sus costados y rechazaba con una sonrisa gentil el vaso ofrecido por la chica más alta que él.

—Hey, Felix.— saludó Minho.

Felix volvió a respirar al escucharlo, en serio quería sacarse de encima a la chica.

—¡Minho!— devolvió el saludo. Con sus ojos intentó suplicar, pero no sabía muy bien si lo había logrado.

—Te he estado buscando...— comentó Minho, creyendo que estaba haciendo lo correcto salvandolo.

—¿Y tú eres...?— habló por primera vez la rubia.

Minho detestó su primera y, si tenía suerte, última interacción.

—Lee. Buscaba a Felix.— el pelivioleta observó la mano de la chica agarrada de la camisa del castaño, casi como si no fuera a soltarlo.— Mi, eh, novio.— dudó si decirlo, pero ella no parecía dispuesta a dejarlo ir.

—Tienen el mismo apellido, ¿Estás mintiendome en la cara?— Respondió, acercándose más al pecoso.

Resopló algo fuerte, observando a la rubia. No por tener el mismo apellido eran familia, era un apellido común el de ellos.

—Eso es no tu problema. Adiós.— saludó Minho, mientras tomaba la muñeca de Felix y caminaba fuera de ahí.

La rubia volvió a pararse frente a él.

—Te llevas a Felix. Estábamos hablando.— le dijo algo irritada.

Minho en serio quería que saliera de su camino.

—Escucha, me estoy llevando a Felix, mi pareja, lejos de ti. Adiós, de nuevo.— quiso avanzar, pero la chica de nombre desconocido puso una mano en su pecho y lo empujó un poco.

Su cara se descolocó. Ugh, odiaba a las personas.

—Mira, no sé sobre quién crees que tienes derecho o si estás pasada de tragos, pero no me toq...— antes de terminar, la chica hizo la misma acción. Minho comenzaba a enojarse.

Felix atrás pareció suspirar, casi como si pensara en seguir a la rubia con tal de que deje en paz a Minho.

Y por supuesto que el mayor no lo iba a permitir.

—¿Olivia?— la rubia giró antes de que Lee mayor pudiera hacer algo.

Han Jisung apareció tras ella. Vestía unos pantalones de jean color blanco, con algunas aberturas en la rodilla y bajo ellas, y una camisa al cuerpo –la cual marcaba su cintura– de color azul oscuro.

—¿Pasa algo? ¿Olivia, él te está molestando?— preguntó de nuevo. Minho sacudió la cabeza como si eso hiciera que no se perdiera en sus pensamientos y habló.

—No. De hecho, ella es la que nos está molestando. Así que, Han, hazme el favor de llevar a tu novia a otro lado.— pidió Minho, en un tono nada agradable, casi burlón.

OodalWhere stories live. Discover now