ANTES DE NOSOTROS

OTRA VEZ Tú

Un Akatsuki de máscara anaranjada observaba atento lo que sucedía: Kakashi hablaba con una jovencita de cabello rosado. Quizá no era la gran cosa o algo que debiera atraer su atención, pero era la primera vez que lo veía sonreír de esa forma, su sonrisa se notaba incluso debajo de la máscara, se rascaba la melena gris, estaba tan relajado y ajeno a todo lo que no era esa jovencita que incluso bajaba la guardia. Y ella correspondía a su sonrisa con auténtico cariño, después de todo era su alumna, tenían un lazo. Un lazo profundo. Ya lo había comprobado antes, ya la conocía a ella.

Había utilizado a ambos alumnos para cierto experimento, pero los resultados no fueron los esperados, una dimensión distinta que no pudo controlar en absoluto y que al final resultó en nada, una pérdida de tiempo. Pero al menos aprendió de sus errores, pensaba utilizarla sólo a ella y llevarla a una dimensión determinada que le mostrara cómo era ese ninja que llamaba "sensei". Sí, eso haría. No la encerraría una Konoha desconocida o extraña en la que todos se comportaban de forma contraria; simplemente la llevaría a una dimensión que replicara el pasado. En el pasado estaba la verdad de Kakashi, un ninja egoísta incapaz de comprometerse y mantener sus promesas. Llevaría al pasado a su alumna para borrar la admiración por su sensei.

Arruinar la felicidad de Kakashi no era una de sus prioridades, tenía planes más complejos que requerían su atención y tiempo, dentro de poco acabaría con la felicidad de todos, y con la vida de ese ninja egoísta. Pero verlo disfrutar de esa forma, sin merecerlo, renacía su odio particular. Seguiría con sus planes después de darle una sacudida a ese "ninja que copia". Sería divertido. Ya saboreaba los resultados, las pequeñas dosis de odio crecían y se multiplicaban, quién sabe si el odio de una alumna por su sensei podría alterar definitivamente el futuro a su favor.

Kakashi y Sakura eran completamente ajenos a los planes de ese Akatsuki. Ese día había entrenamiento del equipo siete, Sakura salió con media hora de anticipación, aunque su sensei llegaba tarde y todo el entrenamiento se retrasaba, le gustaba ser puntual. Caminaba tranquilamente y sin prisas, tenía tiempo, casualmente se encontró con su sensei, iban al mismo lugar así que caminaron juntos. Era la primera vez que Kakashi llegaba temprano y se lo debía a su alumna que no lo dejó desviarse por ningún motivo, no importó cuántas excusas inventó, ella se mantuvo firme y con un semblante de total autoridad lo mantuvo a su lado. Llegaron antes de lo previsto, por lo que faltaba Naruto, así que acordaron esperar bajo la sombra de un árbol. El tiempo estaba un poco caluroso, el ninja veía a su alumna disfrutar del viento fresco, su melenita se sacudía con gracia. La médico estaba recostada en el césped con los ojos cerrados, Kakashi de pie junto a ella, desde esa posición podía ver cuánto había crecido, era más alta, los rasgos más finos, incluso estaba a la vista parte de su vientre, mostraba las piernas largas cubiertas por el short negro. Ya era una jovencita.

-¿Sabes que cada día te pareces más a Tsunade-sama?- le preguntó Kakashi con un tono burlón. Su alumna soltó una risita traviesa.

-¿Me ha estado observando, sensei?

El ninja comenzó a reír, era divertido cuando ella iba un poco más allá de los límites. Nunca llegaban al coqueteo, eran sensei y alumna sin ningún tipo de atracción, era solo un poco de diversión inocente. Lo hacía reír, eso sí era extraño, por eso lo permitía y hasta la provocaba.

Kakashi disfrutó de esos minutos de charla con su alumna, con el paso de los años se volvieron más cercanos, era lógico, tampoco le sorprendía la confianza que existía entre ambos, o el hecho de reír con frecuencia, la jovencita era divertida. Si alguien, justo en ese momento, le preguntaba si era feliz, habría respondido que sí. Todavía cargaba con su pasado, pero por momentos lo olvidaba o la carga parecía menos pesada.