Capítulo I "Rojo"

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"Ten los ojos abiertos, nada es lo que parece, nada es blanco o negro recuerda aquí todos somos grises, menos ella que es rosa"

Paulina Marsicano

Samuel

Corría tras la rubia que me había robado mi chicle el último que me quedaba, me podía comprar más, si, pero amaba cuando la corría era casi una rutina, yo llegaba al parque ella me robaba cualquier cosa que estuviera comiendo y salía a correr con lo robado, al final yo siempre la atrapaba.

-Kataia es mío dame- Grite mientras la cogía por la espalda y la tiraba al césped.

-Mi cabello se llenará de pasto basta- Gritaba mientras yo la despeinaba y le quitaba mi chicle, la deje en el césped mientras me levantaba y abría el chicle, nunca me comía esas estúpidas chuches siempre las abría y se las terminaba dando era absurdo, pero era una forma extraña de pasar tiempo juntos.

-Toma boba- Agarro el chicle y se lo metió en la boca y mientras lo masticaba me soltó lo que siempre me suelta cuando le digo boba.

-Bobo serás tú- Su sonrisa mientras lo decía me parecía fascinante.

-Y cómo te fue en el examen en el cual te di todas las respuestas sin ni siquiera haber pisado ese instituto- Se acomoda en el césped y dio unas palmadas a si lado para qué me sentará junto a ella.

-Me fue muy bien, gracias Samu- Cuando me senté beso mi mejilla, todos diría que somos pareja o algo por el estilo, pero esta chica simplemente es mi mejor amiga casi mi hermana, aunque no supiera todo de mí ella me apoyaba y por eso era a la única persona del pueblo a la que le hablaba, claramente le hablaba a mis padres, pero fuera de mi círculo ella era la única que me conocía de verdad.

-Que tal ese chico con el que te hablabas ese tal Tarano- Golpeo mi hombro y se puso tan roja como un tomate o más incluso.

-Se llama Gabano no te hagas el que no sabes su nombre investigarse hasta su tipo de sangre, él no me habla, le habla a otra chica, ya sabes nunca soy a la que eligen- Kataia era la mujer más perfecta que había historia después de mi madre y mi hermana, ella tenía sentimientos que yo nunca tendría y a veces hablaba con tanta pasión de cualquier cosa que la envidiaba y cuando me dijo que le gustaba un tal Gabano investigue todo lo que pude intenté saber si le convenía a mi chica y no encontré nada, aunque su padre tiene 3 multas por exceso de velocidad, pero nada relevante.

-Yo te elegiría entre un millón de chicas-

-Pues no te veo pidiéndome casamiento querido Samuel Olaet- Bese su cabeza, siempre hacíamos esas bromas de que nos pediríamos casamiento algún día.

- Aún no sé que anillo regalarte, déjame pensarlo- Me acerque a ella y le pase un brazo por los hombros y su fragancia a fresa invadió mi nariz.

-Me gustan los anillos azules-Ella agarró mi mano y la acerco a su boca, pero no era para darme un beso era para dejar su chicle en mi mano, cuando lo dejo se levantó y comenzó a correr sabía lo que se le venía.

-Fresa te haré pagar por hacerme esto- Ella me miró y sonrió antes de hablar.

-Me gusta más mi otro apodo, fresa es feo- Dejo de correr para acercarse a mí y canturrear su apodo- Soy tu princesa, princesa, princesa como...- Me hizo una seña para que lo dijera, esta mujer me podía decir que me tire de un puente y con tal de que sea feliz me tiraría.

Oscura |  PaulinaMarsicano [Trilogía Oculta 0 ]Where stories live. Discover now