Oscura | PaulinaMarsicano [Trilogía Oculta 0 ]

Capítulo III "Verde"

Samuel

—¿Y qué vamos a decir nosotros?— Pregunto Kataia mientras se acomodaba el cinturón de seguridad en la parte de atrás del coche junto a Edra, Kataia se veía hermosa aunque tenía una sonrisa triste en sus labios y su mirada estaba perdida por todo lo que estaba sucediendo.

—Fácil dices exactamente estas palabras "Vi como entraba y cogía del cuello a Edra, no pude hacer nada porque me asuste" Samuel sabe lo que decir — Me reía por las absurdas palabras de Tretan—De que te ríes imbécil — Acomode mi cabello mientras miraba por el espejo retrovisor.

—Kataia no se hubiera asustado Kataia lo hubiera matado—

—Exactamente — Ella me sonrió y puso esa cara de "voy a hacer una pregunta que no te va a gustar"—¿Por qué vuestro hermano es tan violento?— Edra miró a Kataia y como si ella lo supiera todo de nosotros sonrió, una sonrisa misteriosa, pero llena de respuestas.

—Es un poco loco, pero nada que no se arregle con unos buenos puños—Golpe su hombro.

—Con una buena charla que tendremos con mis padres justo ahora— Nuestra casa no quedaba lejos y cuando llegamos Etrea la empleada de la familia y mano derecha de mi madre nos estaba esperando con su cara de enojada la cara que tiene siempre.

Al bajar del coche le abrí la puerta a Kataia y la tomé de la mano ninguno hablo y Etrea tampoco solo nos dirigimos al despacho donde hace solo horas mi padre nos había cortado el brazo, Kataia se aferró a mi mano cuando pasamos por el pasillo lleno de fotografías familiar y cabezas de animales que mi padre coleccionaba como trofeos.

Edra parecía más tranquila al respecto de todo lo que había en nuestra casa y eso solamente me hacía pesar en que esta chica ya había estado en nuestra casa a escondidas o de alguna forma, pero Edra no era la primera vez que tocaba nuestra casa ni mucho menos que veía estas cabezas de animales colgantes.

En el despacho de mi padre estaba mi madre sentada en la silla tras el escritorio y mi padre a su lado y justo frente a ellos dándonos la espalda un Felipe que lloraba desconsoladamente, al darse la vuelta entendí por qué lloraba, para llamar la atención más de lo que ya lo hacia, tenía un ojo sangriento con un derrame y su labio estaba literalmente cortado a la mitad su ceja era una mancha de sangre en su cara y su cuello no solo tenía una marca como Edra tenía un corte de par en par y la sangré salía a chorros, Kataia cerró sus ojos y se escondió tras mi espalda, ella era fuerte, pero estoy segura de que esto solo lo había visto en películas y no estaba preparada para tanto.

Tretan era el más tranquilo de todos, era el que nos calmaba cuando nos poníamos violentos y el que intenta que pelearemos lo menos posible, no sé cómo era el estúpido dicho, pero no te fíes de los tranquilos esos son los peores. Hace solo 2 años me enseñó a secuestrar personas algo que nuestro padre no hacía a no ser que sea estrictamente necesario, Tretan lo hacía por diversión le encantaba abrir gente y cambiar sus órganos de lugar, era su forma extraña de pasar tiempo, fue quien me enseñó a ocultar cualquier prueba contra mí y eso me salvo varias veces en estos últimos años, así que de alguna forma retorcida le debía esto de mentir por él.

Me di vuela en mi propio eje para abrazar a Kataia y hacerla sentir segura aunque nada era seguro si estábamos frente a mis padres.

—Tretan que mierda le hiciste a tu hermano— Mi madre hablo con calma casi parecía que más que enfada todo esto le parecía gracioso.

—Él fue a casa de Edra y la cogió del cuello — Mi madre se levantó de la silla y golpeó sus manos sobre el escritorio haciendo que todo lo que estaba encima de aquel escritorio temblará.

—Y como es posible— Movió su cabello de un lado al otro antes de volver a hablar o gritar—COMO POSIBLE QUE DEFENDIERAS A UNA EXTRAÑA ES QUE NO TE SABES LA REGLAS DE ESTA FAMILIA—