Capítulo IV: Axel

12 7 0
                                    

Axel tardó demasiado tiempo en reaccionar

Oops! Bu görüntü içerik kurallarımıza uymuyor. Yayımlamaya devam etmek için görüntüyü kaldırmayı ya da başka bir görüntü yüklemeyi deneyin.

Axel tardó demasiado tiempo en reaccionar. Sabía que a Cecily le gustaba caminar por los alrededores, cuando se aburría se acostaba entre los árboles y se quedaba ahí por horas, solo pensando.

Ella jamás traspasaba los límites que él mismo estableció. Lo obedecía  ciegamente a pesar de sus quejas, nunca quiso hablarle sobre la protección que había instalado alrededor de la cabaña. Si alguien que no fuese Axel atravesaba los límites de la propiedad una alarma se dispararía, un ruido bastante escandaloso que daría suficiente tiempo a Cecily para escapar.

—¿Qué me pasó? —preguntó Cecily al despertar.
—¿Cómo te sientes?
—Me duele la cabeza.

Axel la ayudó a incorporarse, jadeaba y se sostenía la cabeza con fuerza. Tomar aspirinas estaba fuera de discusión, los medicamentos humanos en los Eriline tenían efectos adversos. Siempre era preferible recurrir a los Caminantes, las medicinas que se preparaban en el Edificio Blanco o simplemente esperar que el malestar desapareciera.

—Bebe agua.
—¿Qué fue lo que pasó? —la mano de Axel se aferró con fuerza al vaso que sostenía—. Dímelo, por favor. Deja de frotarte el rostro, lo haces cuando estás incómodo.
—Hace como un año hice que una bruja viniera para instalar protecciones, se rompería en cuanto pusieran un pie en la propiedad. Nada grande, solo debía hacer suficiente escándalo para avisarte sobre el peligro. Solo yo podía atravesarlas.

Cecily se puso de pie para poner distancia entre ellos. Estaba molesta, Axel no podía culparla. Él solo deseaba protegerla, y debía hacer lo necesario para conseguirlo. Simplemente, olvidaba ponerla al corriente sobre las cosas que hacía. Sin importar qué, para Axel, Cecily seguía siendo una niña pequeña.

—Hiciste una bonita prisión para mí. No había ningún peligro, sólo era yo intentando salir —suspiró molesta—, supongo que también califico como una amenaza ¿verdad?
—Cecy, no es lo…
—Sí, lo soy. Si es que ibas a negarlo. Esta bien, no podemos esconder lo obvio. Solo me decepciona que ni siquiera te hayas molestado en contarme que me tenías encerrada aquí. Resulta que he estado bromeando sobre estar encarcelada sin saber que era un hecho, me hace sentir bastante idiota.

Hizo una pausa larga, y con un tono de voz que Axel jamás había escuchado, dijo:

»No soy tan tonta como crees, Axel. Pasé mucho tiempo con los Guardianes, sé hasta donde llega el poder de una bruja y sé que una protección suya puede ser mortal.

Cecily se movió hacia el estante, escogió un libro y lo ojeo por algunos segundos. Iniciaría la ley del hielo, Axel no tenía esperanzas de acabar con su castigo, sin importar lo mucho que se disculpara e intentara hablar con ella, Cecily pasaría los próximos días sumida en el silencio y miradas asesinas dirigidas hacia su persona.

—Haría suficiente daño como para provocar un dolor de cabeza y bastante  ruido para alertarte, lo juro —la vio asentir. —Te desmayaste porque estás débil, solo unas horas antes tuve que drenarte.

OblaciónHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin