VIII.

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Los gritos de una mujer comenzaban a disminuir de acuerdo a la cantidad de pasos que Cassey daba

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Los gritos de una mujer comenzaban a disminuir de acuerdo a la cantidad de pasos que Cassey daba. A su madre no le gustaba la idea de que pasara tanto tiempo con la hija Hisoka Yaoyorozu, uno de los rivales financieros de su padre. Aunque la relación que tenían las dos familias no era para nada algo que similara rivalidad u odio, al contrario; coincidían en muchas fiestas y eventos de caridad, compartían contactos entre socios y los padres habían estudiado en la misma universidad.

A Cassey le parecía una exageración que su progenitora se alarmara tanto por una simple cita, pero deseaba prestarle menos atención en ese momento, ya casi era la hora en la que se encontraría con la más joven de los Yaoyorozu y debía apurarse para no llegar tarde.
No era su primera cita, de cualquier forma, pero conocía a Momo desde siempre y era una de las personas más puntuales que había conocido nunca.

Su destino estaba más apartado de lo esperado y tuvo que llegar derrapando a la entrada. El barrio era tan lujoso como imaginaba, si se trataba de alguien como Yaomomo sería algo espléndido. En la entrada habían letras doradas que parecían ser pulidas a diario y formaban la palabra: "Âme Sœur".

-Alma gemela-dijo en voz alta, era la traducción exacta.

A Cassey le parecía completamente adorable que su pareja tuviera ese tipo de detalles tan tiernos. Todo parecía planeado a la perfección. Momo se esforzaba bastante en las citas y eventos que organizaba.

Era un salón de té, lo pudo distinguir con solo ver la fachada; el techo era un domo de cristal y las paredes estaban tapizadas de telas con patrones rojos y dorados. Habían cuadros de mujeres, querubines, dioses, animales y paisajes que colgaban de forma simétrica y que se extendían entre todo el lugar, eran posiblemente de la época del renacimiento o romanticismo. Los marcos de las puertas y pilares estaban adornados con oro tallado en formas garigoleadas y que imitaban pequeñas flores.

Los aromas dulces predominaban en cada esquina del lugar, era de esperarse pues el lugar era famoso por sus pasteles y bizcochos que inundaban la calle entera; Mucha gente pensaría que hacían pan de más y que sobraba, pero todo lo que hacían se vendía y acababa en un solo día.

-Disculpe. ¿Tiene una reservación?-Un hombre elegantemente vestido sostenía un tablero, seguramente era la lista de reservaciones ya que solo podías entrar si tenías una.

-Debe estar a nombre de la señorita "Yaoyorozu", soy su cita de esta tarde.- Cassie levantó su mentón ligeramente, tratando de ver por encima del tablero para distinguir el apellido de su novia pero solo pudo ver cómo el mesero movía rápidamente la carta, impidiendo su visión.

-Deme un segundo.

El señor se dió la vuelta y dirigió sus pasos hasta dentro del salón de té, dejando a Cassie afuera. Pasó entre las mesas donde se encontraban damas que solían frecuentar el establecimiento, carritos que llevaban el exquisito té y los dulces bocadillos, unos cuantos de sus compañeros de trabajo que se dirigían para atender a sus respectivos clientes y la banda en vivo que tocaba suaves canciones solo para ambientar a la gente e inducirla en un estado de calma.

𝑽𝒂𝒍𝒆𝒏𝒕𝒊𝒏𝒆'𝒔 𝑫𝒂𝒚 [バレンタイン・デー]Where stories live. Discover now