V : Falling

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Seis meses habían pasado desde aquella noche que las chicas se confesaron su amor, para ambas habían sido los mejores meses de su vida, estaban felices, tenían amor y a la chica de sus sueños

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Seis meses habían pasado desde aquella noche que las chicas se confesaron su amor, para ambas habían sido los mejores meses de su vida, estaban felices, tenían amor y a la chica de sus sueños.

No había nada que pudieran desear, o es lo que parecía.

Nayeon era quien menos se guardaba cualquier cosa que la incomodara, por supuesto que conociendo hace tanto tiempo a la japonesa, tenía la confianza para hablarle sobre sus preocupaciones, su amistad seguía uniéndolas después de todo.

Pero por alguna razón había un tema que no había querido tocar con la japonesa, pese a lo comprensiva y amorosa que esta era.

En ese tiempo la menor había demostrado con cada una de sus acciones y pequeños detalles lo mucho que la quería, siempre cuidándola, protegiéndola, respetándola y dándole su lugar como su novia.

Sin embargo el problema era el excesivo interés de la nipona en respetarla.

Y no es que Nayeon estuviera desesperada por meterse bajo las sabanas de su novia ni mucho menos, por el contrario, entendía cada razón que la menor le daba para no dar ese paso con ella; pero mentiría si no admitía que se moría de deseo por ella.

Sana la enloquecía con su forma de besar, con la forma de tocarla como si fiera a romperse, y terminaba de desarmarla cuando se escabullía para verla en sus entrenamientos y la encontraba cubierta de sudor con el informe ligeramente pegado a la zona de su abdomen, permitiéndole ver lo bien trabajada que se encontraba aquella zona de su cuerpo al igual que sus piernas y su firme trasero.

Y por supuesto que sabía que la menor no hacía ninguna de aquellas cosas a propósito, estaba segura de que no estaba ni enterada del efecto que solo siendo ella, tenía sobre su persona, pero empezaba a creer que esta en verdad era una idiota incapaz de reconocer cualquier indirecta que le enviaba.

Primero probó con su ropa, usando un lindo escote en su espalda que según sus amigas, detendría el tráfico en un segundo, solo para terminar con la chaqueta de la japonesa cubriendo su cuerpo y esta casi peleándose con un hombre que intentó pasarse de listo.

Después intentó con sus besos, ella conocía mejor que nadie la personalidad apasionada de su novia, por lo que asumió que si le daba la señal indicada y la motivaba solo un poco, aumentando la intensidad de sus besos, esta terminaría por entenderlo, llevándose otra decepción cuando la japonesa se alejaba de sus labios y besaba su rostro entero sin ninguna otra intensión que darle cariño, dejándola frustrada y sin derecho a replicar.

Incluso se había sentado a horcajadas sobre ella mientras se besaban, intentando darle a entender lo que deseaba pero parecía que Sana simplemente era incapaz de hacerlo, prefiriendo detenerla con cualquier excusa que implicara acurrucarse sin ninguna otra intensión.

Fue por eso que Nayeon tomo una decisión aquella mañana del viernes antes de salir de casa mientras se miraba al espejo. — Hoy es el día, hoy lo lograré Sanake. — La determinación invadía sus ojos caramelo, mismos que le devolvían la mirada, antes de tomar sus cosas y salir con dirección a su instituto.

Lovely Idiot || SaNayeonWhere stories live. Discover now