004

8.3K 722 495
                                        

Suni caminaba a la luz de la luna junto a Cheong-san

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Suni caminaba a la luz de la luna junto a Cheong-san. Sus pies estaban cansados mientras su cabeza y estómago pensaban en una cosa: hambre.

Nunca admitiría que le dolió bastante lo que le había dicho Gyeong-su, pero era él... el idiota de Gyeong-su.

Una vez que se despidió de Cheong-san, entró rápidamente a su residencia.

Dejó las llaves en la mesa, se sacó su mochila y abrió la heladera para guardar el pollo frito que le había dado la señora Lee.

Un gran sentimiento de hambre le apoderó el estómago pero se negaba a probar comida.

Sabía que ya había comido un par de donas, por lo que no quería más calorías en su cuerpo.

─¡Papá, mamá! ─gritó subiendo las escaleras. ─¡Llegué a casa!

Cuando se dió cuenta que no habia nadie en la casa. Suni sacó rápidamente su celular.

La castaña suspiró dejando su celular en la mesita de luz y se dirigió al baño

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La castaña suspiró dejando su celular en la mesita de luz y se dirigió al baño. Se sacó toda la ropa y entró a la ducha.

Una vez que salió, se colocó su remera de pijama –una remera vieja de su papá– y caminó hacia la cocina.

Agarró un vaso y metió varios hielos en este. Apagó las luces y corrió hacia su habitación.

Dejó el vaso al lado de la cama y se detuvó en su gran espejo.

No le gustaba su apariencia. Se sentía sucia y asquerosa, ¿en serio estaba más rellenita o Gyeong-su era un idiota?

Agarró el vaso que ya se había derritió, el hielo, un poco, dejando agua abajo de este. Tomó su paquete de pastillas y se trago una.

─Me ahorre como 600 kcal. ─sonrió sentandose y devorandose los hielos.

[...]

Suni se despertó por los ruidos en su puerta, era Na-yeon.

─¡Suni! ─gritó desesperada. ─¡Vamos a llegar tarde!

𝖨 H̶A̶T̶E̶ ˡᵒᵛᵉ 𝖸𝖮𝖴 | 𝖾𝗌𝗍𝖺𝗆𝗈𝗌 𝗆𝗎𝖾𝗋𝗍𝗈𝗌. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora