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─Aquí estamos nosotros y acá esta Cheong-san

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─Aquí estamos nosotros y acá esta Cheong-san. ─dibujó Nam-ra. ─Si activamos la música en este altavoz, los zombies irán a la izquierda. Tomaremos las escaleras de la derecha. Buscaremos a Cheong-san y subiremos a la azotea por el medio.

─¿Por qué al techo? ─cuestionó Soo-hyuk.

─Hay helicópteros rondando por arriba.─murmuró Suni.

Nam-ra la siguió. ─Si hacemos una fogata en la azotea, quizá vengan a salvarnos.

─¿De verdad los zombies irán hacia los altavoces? ─imploró Dae-su.

Joon-young asintió. ─Parece que les atraen los sonidos.

─Así es. Vienen corriendo cada vez que nos oyen. ─comentó Soo-hyuk.

─¿Es posible encender solo unos cuantos altavoces? ─preguntó On-jo.

─Si. Solo entenderemos los de la cafetería, el patio y la biblioteca.─contestó la presidenta.

─Claro, estábas en el club de transmisión en primer año. ─comentó la de suéter rosa.

─Si... porque mi madre me obligó. ─dijo Nam-ra.

─Si, es una buena idea pero..., ¿Cómo pondremos la música? Sin Internet, no podemos transmitir.

Suni señaló los discos. ─Hay discos, Dae-su.

─¿En serio usaremos eso? Es del año del... ─cuestionó Gyeong-su.

─Es muy antiguo. ¿Funcionará? ─Dae-su agarró el disco.

[...]

─Hablen. ─ordenó Joon-young.

Dae-su negó. ─No, yo nunca hice algo así.

─Alguien tiene que hacerlo. ─imploró Hyo-ryung.

─Bueno... yo lo haré. ─accedió Dae-su.

Suni se adelantó y empezó a hablar.

─Cheong-san, idiota ¿Seguis vivo? ─preguntó mientras Dae-su la miraba mal.─Dime que si. Harry sobrevivió y tú tienes que hacerlo también. Quédate ahí, iremos hacia allá.

─Ya se lo que vas a decir pero recuerda no podemos escucharte. ─le cuestionó Soo-hyuk. ─No vayas a ninguna parte. ¿Quedo claro?

─Ya vamonos ¿no? ─Dae-su pusó cara de asco. ─Ya no soporto este olor.

─Es tu olor. ─inquirió Woo-jin hacia su amigo.

─¡Claro que no! ─se excusó el coreano.

Gyeong-su se acercó al micrófono. ─Cheong-san, ¿me oyes? Habla tú mejor amigo. Iremos por ti, asi que no te muevas, ¿entendido?

─En serio, Cheong-san. ─demandó Suni.

─Hazme caso. No te muevas. ─le ordenó el azabache. ─Hazle caso a este bombón.

𝖨 H̶A̶T̶E̶ ˡᵒᵛᵉ 𝖸𝖮𝖴 | 𝖾𝗌𝗍𝖺𝗆𝗈𝗌 𝗆𝗎𝖾𝗋𝗍𝗈𝗌. Where stories live. Discover now