𝖨 H̶A̶T̶E̶ ˡᵒᵛᵉ 𝖸𝖮𝖴 | 𝖾𝗌𝗍𝖺𝗆𝗈𝗌 𝗆𝗎𝖾𝗋𝗍𝗈𝗌.

005

─Quizá fue a algún lado, se lastimó, y luego volvió aquí. ─razonó Ji-min.

─Yo no creo que este mintiendo.─comentó Na-yeon.

─¿Sabes algo más? ─insistió Hyo-ryung.

Suni interrumpió. ─Na-yeon dice que el hijo del señor Lee, se suicidó.

─¿En serio? ─cuestionó la de cabello corto.

─¡Ay, no digas tonterías, Na-yeon! ─rodó los ojos Ji-min.

[...]

─¿Vamos al comeder? ─preguntó Na-yeon agarrando del brazo a su mejor amiga.

Suni sonrió y negó. ─Tengo que hacer un par de cosas.

─No, tu vienes conmigo. ─sonrió llevándola hacia este.

─¡Na-yeon, déjame! ─pidió en susurro.

─Estoy completamente segura que no comiste nada.

Suni levantó la vista. ─Si..., yo ya comí mucho.

─Si, te creo. No trajiste tu celular por apurarte y me decis que desayunaste.─imploró molesta.

─Mejor ve tú, quiero ir a estar un poco en paz.

Suni se soltó de Na-yeon y caminó hacia el baño. Abrió su mochila y sacó su brillo labial.

─Merlin, tengo que comprar otro.─murmuró mirando como este se estaba acabando.

Salió del baño y deanbulo por todos los pasillos hasta que se cruzó a I-sak y On-jo que iban al comedor.

─¿No vas a ir a comer? ─cuestionó I-sak con una pequeña sonrisa.

Suni negó observando a las dos. ─Váyanse, ya se debe estar acabando. Además... tengo clase de gimnasia.

─Falta bastante para tu clase, ven con nosotras. ─pidió On-jo amablemente.

La castaña negó nuevamente. ─Descuiden, vayan, nos vemos luego.

Suni vió como se alejaban y soltó un suspiro.

Conectó los auriculares a su viejo mp3 y se dispusó a caminar para ir al salon  deportivo, por lo que no se dió cuenta, lo que pasaba arriba.

[...]

─¡Suni, corre! ─gritó Soo-hyuk jalando a Nam-ra de la muñeca.

La castaña no lo escuchó hasta que sintió que la jalaban del brazo. Levantó la vista del piso, para darse cuenta que era Gyeong-su.

─¿Qué crees que haces, idiota? ─inquirió molesta mientras se detenía.

─¡Deja de lado tu obsurda competición y corre!

Ignorando las quejas de Suni, Gyeong-su la jaló nuevamente, yendo al aula 2-5.

─¡Abran la bendita puerta! ─exclamó el coreano.

Suni rodó los ojos pero su respiración se detuvó al ver a una especie de zombie al final del pasillo.

─¡Abran la maldita puerta! ─gritó desesperada mientras Gyeong-su apretaba más el agarre de su brazo.

Una vez que entraron, Na-yeon y Min-ji abrazaron rápidamente a su amiga.

─¿Qué son esas cosas? ─preguntó Gyeong-su con miedo.

─Son zombies, ¿no lo ves? ─le respondió obvia.

[...]

─¡No abras, no abras, por favor! ─pidió Na-yeon colocándose atrás de Ji-min.

On-jo y Cheong-san golpeaban desesperados. Suni rápidamente empujó a Woo-jin y entraron.

─¿Están bien? ─Preguntó Gyeong-su cerrando la puerta y la ventana. ─¿Afuera todo sigue igual?

Cheong-san se acercó a la ventana pero un grito se escuchó en la puerta.

─¡No, espera! ─intentó Woo-jin cerrar la puerta.

Dae-su entró. ─¿Qué te pasa, idiota? ¡Soy tu cuñado!

Gyeong-su cerró la puerta.

─¡Ay, carajo!─exclamó limpiándose con la toalla del aula. ─¡Son demasiado agresivos!

─¿Qué te hicieron? ─preguntó Woo-jin.

─Unos locos me dispararon con el extinguidor. ─respondió limpiándose los ojos.

Gyeong-su miró a Suni que se encogió de hombros.─¿Un extinguidor?

─Si, no entiendo que esta pasando.

Suni se sentó arriba del banco. ─Nadie sabe.

─Escuchen, es estación zombie. ─Cheong-san llamó la atención de todos.

─¿De qué estás hablando, tarado? ─imploró el de cara blanca.

─¿No son zombies? ─cuestionó Cheong-san. ─¡Son iguales!

─¿Por qué habría zombies? Esto no es una película. ─le contradijó Dae-su.

─Es verdad, Cheong-san tiene razón. ¡Son totalmente igualitos! ─consideró Suni.

Cheong-san arrastró consigo a Dae-su hacia la ventana mientras se quejaba pero escucharon ruidos.

Soo-hyuk junto a Nam-ra pasó por la ventana pero este se desplomó una vez que entró.

Suni corrió hacia él y se agachó a su altura.

─¡Soo-hyuk! ─exclamó cuando se sentó. Se lanzó a sus abrazos que fueron correspondidos.

─Sinceramente pensé que no ibas a sobrevivir. Ya tenía encargado tu tumba con la frase "Travesura realizada". ─comentó fingiendo estar triste.

Suni le pegó en la nuca. ─¡Idiota!

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Lo se, re corto jeje