Un pueblo, Wyland.
Asesinatos y secuestros.
Adolescentes y adultos con pasados ocultos.
La pregunta no es:
¿Quién es el culpable? Sino ¿Dónde estabas cuando todo ocurrió?
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Nadie dijo que ser policía era fácil y mucho menos cuando estaba implicado vidas en juego. Comencé a recibir llamadas de los familiares para exigirme que resolviera pronto el caso, pero era difícil.
Seguíamos con las mismas pistas, los mismos patrones y ni una equivocación por parte del asesino, excepto lo que descubrimos en las cámaras del hospital ese mismo dia que murió Jacob Novoa.
Al parecer Heather tenía razón, había un hombre que vestía de negro y estaba causando terror en Wyland, quizás debí hacerle caso y enfocarme en él, era la única persona sospechosa para todos los casos y debía tener un motivo, ya que el otro sospechoso era mi padre por lo de la empresa, sin embargo para mí no tenía sentido con los demás fallecidos, si quisiera culparlo solo podría tener algún tipo de conexión con Enver Montalvo.
Era imposible controlar las noticias que poco a poco salieron del pueblo para llegar a la ciudad. Los periodistas con ánimos de obtener la última información se encargaron de darlo a conocer e inventaban más situaciones que no eran verdad, algo que perjudicaba a la labor de investigación.
Por otro lado, hasta ahora las familias se mantuvieron al margen esperando respuestas aunque muy afectadas sabían que esto no era sencillo, todo lo contrario a la familia Betancourt, la esposa e hija de Lukas, pedían justicia y el dinero les permitió contratar abogados y empezar a exigir, eso para mí complicaba la —normalidad— del proceso investigativo.
—Ve a correr —me dijo Keegan tirado en el sofá—. Tienes una cara de que no te han dado tu merecido.
Volteé los ojos y solté una risa irónica.
—Como si a ti te lo dieran todos los días.
—Bueno, no me sobra pero tampoco me falta. —Se encogió de hombros—. ¿Cómo va lo del caso?
—Fatal.
—¡Uh! ¿Tan así?
—No pillamos una.
—Vamos, tiene que haber algo ¿no? —dijo poniéndose derecho en el sofá—. Alguna pista que termine por armar el rompecabezas, eres inteligente.
—Se necesita más que inteligencia, Keegan, hay motivos fuertes. Un hombre no se va a levantar un dia en la mañana diciendo: Estoy traumado porque papá me regaño, voy a matar a todos los padres.
—Obvio que no, Izan. Pero ¿en serio no hay nada de nada?
—Pues sabes que no puedo contarte todo...
—Si lo sé. Es confidencial.
—Vimos a alguien, pero tenía su rostro cubierto. —Miré un punto fijo y esbocé una sonrisa.
