Capítulo 7

162 43 3
                                    

A las personas malas hay que enseñarles una lección 

La velocidad con la que transcurren mis días es algo increíble, sin darme cuenta el viernes ha llegado y los tormentosos pensamientos respecto a la idea de tener que ver a Connor en aquel lugar aumentan cada vez más. La verdad es que cada cosa que hago o cada acción que cometo me recuerda que tengo un compromiso con él, uno del cual tengo una idea muy vaga de su finalidad y he de admitir que no me gusta nada.

Desde que tuve el sueño con la cosa que se hacía llamar el Destino me estuve debatiendo internamente si ir o no, antes había certificado por mí misma que no iría, pero ahora tengo una enorme intriga creciendo dentro de mí, una intriga que empuja mi curiosidad a desvelar la verdad.

¿Y sí... lo que soñé no fue solo un sueño?

Solté un pequeño suspiro cansado, ese pensamiento se ha vuelto fastidioso con la cantidad de veces que lo he reproducido. De todas formas no sé para qué me torturo con esa pregunta, si llegara a ser cierto que el Destino me ha pedido ayuda yo no sabría que hacer al respecto, sé que lo único que tengo que hacer es tomar decisiones, pero ¿por qué ahora siento que será tan difícil?

Toda esta semana intenté evitar a Connor lo más que pude, me mantuve alejada en el instituto y cambiaba de dirección las veces que él pasaba junto a mí, sé que parezco una niñita asustada haciendo aquello, pero la incomodidad de tener que dar una respuesta no me gusta, y creo que él se había dado de cuenta, debido a que hoy al salir del instituto, se acercó en solitario y me dijo unas palabras que me dejaron peor.

"—No tienes que decirme si irás o no. Estaré en el lugar a las 8 y me quedaré hasta las 9, sino apareces en ese lapso de tiempo significa que no has querido ir."

Después, sin más que decir o esperar una respuesta de mi parte, se fue, dejándome muy afectada por todo eso.

Puede que esté exagerando demasiado y solo tengo que relajarme, llevarlo con calma y sin que me importe tanto como siempre, pero es difícil, ahora es muy complicado, ¿el por qué? fácil, en primer lugar he desarrollado una faceta acosadora con él, todas las noches después de apagar las luces de mi habitación me acerco a la ventana y lo observo, no puedo evitar dejarme llevar por aquello, se ve demasiado fascinante que algo me impide ignorar lo que pasa.

Y, por otro lado, el tema del Destino es algo que me tiene aterrada, no sé si prefiero confirmar mis dudas o quedarme así, en la ignorancia. No es nada divertido tener una carga tan pesada sobre tus hombros, y menos si tiene que ver con algo de tal calibre como lo es ayudar a un ser divino en su trabajo.

—Cherry, deja de jugar con la comida. —comenta mi padre con tranquilidad. Reaccioné de inmediato y dejé el tenedor a un lado.

—Lo siento. —respondí en un murmullo. Alejé un poco el plato y me dejé caer en el respaldo de la silla.

Pude notar que mi padre me veía con interés.

—¿Pasa algo, hija? —interroga, limpiando sus labios con una servilleta.

—No, nada. —Solté sin temblar. Sé que no es la verdad, pero se me da bien mentir, y más a mi padre.

Él me dedicó una mirada de confusión, sé que se ha preocupado, pero no tengo ganas de charlar sobre el tema, y menos en la cena.

—¿No quieres comer nada más? —La dulce y delicada voz de Sara se unió, yo la miré con rapidez.

—En realidad no. Lo llevaré a la cocina. —Iba a tomar el plato y levantarme, pero Sara me detuvo.

—No, Cherry, déjalo. Yo lo llevaré, mejor anda hacer tus cosas. —Una sonrisa amable adornaba su lindo rostro. Asentí.

Me levanté con tranquilidad mientras tenía los ojos de mi padre sobre mí, intenté aparentar normalidad e irme lo más rápido posible, tenía que ir a darme una ducha cuanto antes.

Un destino junto a ti (Reescribiendo)Where stories live. Discover now