Capítulo 8

139 32 10
                                    

¡Idiota lamentable de mierda!

Después de unas horas ya estaba en mi habitación, tenía unas tareas pendientes y quería terminar con ellas antes de que se acumulen y tenga una crisis existencial por su culpa.

Había cenado hace unos minutos, el ambiente en el comedor fue silencioso y tenso, por alguna razón Sara no me había interrogado sobre mi día, ella normalmente le encanta indagar en mi vida y darme uno que otro consejo, pero eso no ocurrió hoy, lo cual me dejó pensativa. Lo único que se limitó a decir es que me acompañaría hasta las 8 y luego se iría, ya que no podía llegar tarde a su hogar. Yo no me puse y acepté, por último le dije que haría tarea, ella solo asintió.

Se me hace preocupante la actitud de la mujer, de seguro le ha ocurrido algo grave, tal vez esté pasando por algo complicado, pero no puedo interrogar al respecto, ese tema no me concierne y podría incomodarla.

Estaba tan perdida en mis pensamientos que no me había dado cuenta que no estaba leyendo nada de la tarea, solo estaba viendo las hojas de mi cuaderno sin algún punto fijo, solo me dediqué a pensar. Ante eso, dejé el lápiz a un lado y tomé una gran inhalación, creo que sería bueno despejar mi mente.

Tomé asiento en mi cama, me estiré un poco y dejé escapar un suspiro, de manera inconsciente miré hacia la ventana, la cual estaba cubierta por las cortinas.

Uhm... que raro, no las recuerdo haber dejado sueltas.

Sin darme cuenta, ya estaba parada frente a las grandes telas colgantes, lo cual me hizo asustar un poco. Intenté no darle tanta importancia, tomé las cortinas y las recogí, de la nada mi mirada se desvió hacia el tejado de Connor.

—Supongo que hoy no lo veré —susurré en la soledad—, debería de llegar muy cansado como para estar sentado leyendo. Además, debe deleitarse con la idea de que Jennifer lo verá jugar...

Negué un par de veces con mi cabeza, lo menor que quiero ahora es pensar en eso, o en él.

Volví a retomar mi acción para amarrar las cortinas, cuando de forma repentina, una enorme presión cayó sobre mi pecho, era algo asfixiante y fuerte, tuve que tomar asiento y poner mi mano en el área afectada, mi respiración se volvió entrecortada.

¿Qué demonios pasa? ¿Por qué siento esto?

De la nada, flashes de mi sueño se hicieron presentes, en donde Connor estaba apunto de llegar a la última base y ganar, pero no lo hizo, por ende los abucheos se hicieron presentes.

—¡Imbécil!

—¿¡Quién mierdas deja jugar a ese chico!?

—¡Vete de ahí, basura!

Todas aquellas palabras las sentía muy reales, sentía como si fueran dagas incrustadas en mi corazón, una por una, cada vez volviéndose un dolor peor.

En algún punto, mi punzada disminuyó. Pude respirar con normalidad y mis latidos se calmaron, de manera automática vi la hora en mi reloj.

Son las 7:30 El juego ya ha empezado hace mucho.

Pensé por unos minutos en mis posibilidades, ¿Será una señal clara de lo que va a ocurrir? ¿Será el destino diciéndome que sí jugó esa carta y que Connor perderá? ¿Yo... tengo algo que ver?

Moví mi cabeza de un lado a otro para despejar mi mente. No puedo detenerme a cuestionarme cosas de las cuales no tengo idea, no puedo comenzar a sacar teorías cuando ni yo misma sé lo que ocurre. Necesito accionar. No quiero, no deseo, que Connor viva aquello por una tontería.

Un destino junto a ti (Reescribiendo)Where stories live. Discover now