Fate: Black Dawn

Capitulo 4: La Bruja y el Torneo, parte 3

Destino/Amanecer Negro

La bruja y el torneo, parte 3

Después de la competencia de tiro con arco, el torneo se llevó a cabo para la llegada de la noche. Se habían preparado campamentos y tiendas, aunque Morgan se había burlado de él cuando le había preguntado sobre sus provisiones para la noche. Se había arremangado el vestido negro con líneas azules y, con un gesto de su mano, subió al carruaje en el que habían llegado. Levantando una ceja más allá de su visera, él simplemente volvió a subir al vehículo de madera con Sin palabras.

Y en un espacio más grande de lo que recordaba el viaje lleno de baches. Ah, así que este era el tipo de magia que un mago de una época anterior podría ejercer. En el sentido del gran esquema de las cosas, no era tan impresionante, pero Shirou al menos podía apreciar la complejidad de un campo acotado como este. Era similar a un taller, aunque podía decir que era una construcción apresurada en lugar de algo parecido a una canica de realidad.

Su "amante" era interesante. En vano, sin duda, no es que pudiera culparla. Si Rin hubiera podido hacer tal cosa...

Y ahí estaba él, pensando en Rin otra vez. Apretando los dientes, dejó que se desvaneciera mientras se estiraba y se desabrochaba el casco para dejarlo a un lado junto con sus espadas mientras se acomodaba en una silla en la pequeña "sala de estar", sus ojos en la bruja rubia mientras sacaba un un par de tazas de peltre y una jarra de una mesa y comencé a llenar ambos con un líquido más púrpura que rojo. El hedor áspero y demasiado dulce del vino llenó el aire por un momento.

"Así que eres un guerrero". Ella notó, mientras giraba con su cabello rubio arremolinándose en el aire por lo repentino de su movimiento. Donde el de Artoria estaba tan a menudo en ese moño alto, Shirou estaba perplejo por la larga cola de Morgan. Le recordó a una fábula occidental, Rapunzel. Su cabello no llegaba hasta el suelo, pero aún estaba suelto, ignorando una sola trenza en su coronilla. Cuanto más se dedicaba a estudiar a la Bruja, más diferencias veía entre las dos hermanas.

Uno de los menos importantes eran esos tatuajes rojos que decoraban la carne que ella elegía exponer.

Por supuesto, eso significaba que sus ojos vagaron a lugares que no deberían haber visto en ese momento. Entonces, a pesar de sí mismo, terminó sonrojándose mientras intentaba mirar algo más. Estudiando la cama más breve y las sillas que llenaban este espacio, junto a las estanterías.

"Beber." Ella le dijo, ofreciéndole la copa de peltre debajo de su nariz mientras él volvía su atención hacia ella. Sus instintos le dijeron que ella lo iba a envenenar, pero también sabía que tal cosa sería. . . sin sentido ahora. Tomando la taza, asintió con la cabeza en agradecimiento mientras ella se movía para sentarse frente a él. En lugar de recostarse como la había visto hacer casi cada vez que se sentaba desde que la conoció, se reclinó en la silla como si fuera un trono.

Escondió su sonrisa detrás del cuenco de su taza mientras tomaba un pequeño sorbo. La súbita avalancha de alcohol fuerte y amargo hizo que frunciera el ceño antes de tomarse un momento para inhalar profundamente el aroma del vino y luego volver a tomar una bebida más adecuada. El segundo sabor era más parecido a sus gustos. El amargo estalló con uvas dulces y frutas para mitigar la aspereza de la quemadura.

Shirou no era un bebedor, era cierto.

"¿Me he probado a ti, mi señora?" Preguntó, dejando la taza, todavía casi llena, a un lado. Sus ojos ámbar se fijaron en la mujer rubia mientras tomaba su propia taza con un ritmo más constante y practicado. Siguieron la vista de su garganta mientras se contraía y flexionaba con cada trago de ese brebaje áspero y demasiado dulce. Ella bajó su taza, los ojos verdes lo miraron fijamente por lo que parecieron minutos, haciendo que Shirou se sintiera... . .