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A pesar de que ha intentado acoplarse a la tribu del agua desde que desembarcaron hace un par de semanas, no puede evitar sentirse fuera de lugar, completamente extraño en una nación que no es la suya; completamente extraño en esa línea en la que aguarda de pie.

JiMin, Park

En el profundo silencio, el llamado de la voz masculina es nítido, y resuena entre las altas paredes de hielo, rebotando en el interior del cráneo de YoonGi. Es la primera vez que escucha su apellido, lo único que le da a JiMin un pasado.

Park.

Lo deletrea con lentitud, y lo guarda en su memoria, porque sabe que JiMin ha decidido dejar atrás la suya, y no sabe qué recuerdos planea conservar y cuales se quedarán flotando en el Oasis del Agua de los Espíritus.

Park.

Repite una vez más en su mente, porque puede, puede que JiMin vaya a abandonar el recuerdo de su familia, y puede que su apellido se evapore con él. YoonGi no lo sabe, aun no tiene idea de cómo funciona lo que los maestros agua llaman Agua de los Espíritus. Si tiene que ser honesto, ni siquiera cree en ello por completo. Observa de reojo a la figura que da un paso quedando afuera de la línea antes de inclinarse en una reverencia y empezar a caminar. Contiene el aliento y la desagradable sensación que oprime su pecho hace que desvíe la mirada de la pequeña silueta envuelta en una capucha de pelo de bisonte.

Si decides borrar parte de quien eres, ¿puedes realmente continuar siendo la misma persona?

Agacha la mirada y el recuerdo se dibuja con lentitud en su memoria, la calidez de los labios deslizándose sobre los suyos, la forma en la que las pequeñas manos se habían aferrado a su cuerpo en medio de las llamas.

¿Borrarás eso también?

La mirada felina observa fijamente las pequeñas manos convertidas en puños mientras el menor asciende a paso lento los escalones de hielo. YoonGi logra finalmente distinguir el resplandor azul proveniente del ojo del oasis cuando JiMin se arrodilla en una pronunciada reverencia frente a los maestros más ancianos de la tribu y la tonalidad azulada tiñe tenuemente su rostro. No puede evitar recordar el colgante que JiMin le había mostrado hacia ya tanto tiempo.

Uno de los ancianos debe decir algo, porque YoonGi lo ve mover los labios y luego JiMin se pone de pie, extendiendo los brazos en su dirección. Observa con atención cómo es despojado del abrigo. Bajo el, una suave túnica blanca oculta su cuerpo. JiMin cierra los ojos, y los maestros guían sus pasos hacia la superficie de oasis. Y la mente de YoonGi gira de pronto, convirtiéndose en un vórtice de preguntas que es incapaz de responder, dudas sobre cómo funcionan exactamente los poderes que ostenta un maestros agua, ¿era cierto que podían simplemente borrar recuerdos de esa manera? Se pregunta qué es lo que JiMin va a borrar, porque las lágrimas comienzan a escocer en su retina por pensar que, en definitiva, él no quiere formar parte de esa lista... o cuando llegara su turno ¿Debería él, borrarlo también? Dejar que el recuerdo de su beso se perdiera ahogado junto al recuerdo del rostro de su padre.

No quiere olvidarlos.

A ambos.

No.

No quiero que se vaya.

No quiero olvidar.

Retrocede en la fila, y lo último que ve antes de correr hacia la salida es el pequeño cuerpo flotando plácidamente, y las diminutas olas que delinean en un azul resplandeciente la silueta del castaño.

La nieve se hunde bajo sus pies mientras corre lo más rápido que puede, se detiene finalmente cuando logra ver el mar, de ahí en más, el lugar es lo más parecido a estar en medio de la nada. Donde el gris sobre su cabeza termina, una blancura inconmensurable se extiende al infinito. Le arden los pulmones, y tiene que inclinarse un poco porque de pronto, le cuesta respirar. No podía creer que había estado tan cerca de dejarlo todo atrás, de abandonarse a sí mismo ahí.

The fire soldier│ YoonMinWhere stories live. Discover now