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No podía quitar esa mirada intensa de su mente, era como si esos ojos lo persiguieran en la oscuridad.

No iba a mentir, le inquietaba saber quién era ese muchacho.

Tratando de dejar esos pensamientos de lado, se dejó ir en los brazos de Morfeo.

A las 7 de la mañana, la alarma sonó causando que del susto cayera de la cama.

—Aish, siempre me pasa lo mismo —dijo sobándose la cabeza.

Observó su departamento desde el piso y se dispuso a arreglarse antes de que fuera demasiado tarde.

Asegurándose de cerrar bien la puerta, TaeHyung se dirigió al ascensor para al fin ir a la universidad.

TaeHyung, poseía una departamento bastante grande, no es que fuera hijos de padres ricos ni nada de eso, solamente que él estuvo trabajando antes para poder tener la comodidad que tenía ahora, aún así, quería conseguir un trabajo para poder pagar la renta y ayudar a su familia.

Con ese pensamiento en mente, tomó el autobús que lo dejaba en frente de la universidad.

Concentrado en su teléfono no se dio cuenta cuando un muchacho con aura enigmática se subió.

Todos tenían su mirada puesta en él, era algo imposible de no hacer.

Metro ochenta, cabello oscuro y largo que le tapaba hasta casi los ojos, su vestuario negro, leggins y camisa de mangas largas con los dos primero botones desabrochados, y botas negras.

En otras palabras un dios griego a la vista de todos.

JungKook sabía lo que causaba, a veces le molestaba un poco la sobre atención que recibía, pero a veces le venía bien.

Tratando de localizar algún asiento vacío, sus ojos dieron con una cabellera azul, enseguida supo quién era, el muchacho de ayer, no sabía cómo se llamaba ni le interesaba, solamente le daba gracia como alguien podía pintarse el pelo así.

TaeHyung sintió una mirada sobre él, confundido, levantó la cabeza y sus ojos fueron directo a aquellos ojos profundos en los que había evitado pensar mucho. No sabiendo que hacer realmente, desvío la mirada y devolvió su atención al teléfono.

Al momento de bajarse, vio que el muchacho súper atractivo misterioso (disculpen a su imaginación al no saber su verdadero nombre) bajó primero que él.

En el camino a la entrada de la universidad, TaeHyung se tomó su tiempo de admirar esa bella espalda, sus hombros eran grandes y fuertes, se veía que hacía mucho ejercicio, ¿qué se sentiría ser cargado por él? Esos pensamientos volaron rápidamente de su cabeza al escuchar un pequeño grito y ver que el azabache no continuaba caminando.

Al no ver que ocurría, decidió pasar por su lado y enterarse del chisme, pues sí, TaeHyung era chismoso, y no lo podemos culpar, eso viene en los genes.

—Oppa, esto es para tí —dijo una muchacha de cabellos negros y largos, mientras miraba el piso.

—No me interesa —respondió con voz fuerte.

TaeHyung que iba justamente pasando por su lado en ese momento, se detuvo de golpe a observarlo. Su cabeza no podía procesar lo que había oído.

—Bueno...si no te gusta, después te traigo otro, solamente—no pudo terminar la frase cuando fue vilmente interrumpida.

—No me interesa nada que venga de tí, ¿es que no lo entiendes? —dijo observándola fríamente y pasándole por el costado.

La joven no aguantó más la pena y se puso a llorar, TaeHyung la abrazó, a pesar de no conocerla, sus padres le enseñaron a ser buena persona, y ciertamente aquel sujeto, la había tratado mal.

Podía ser muy bonito y todo lo que él quisiera, pero eso no le daba derecho de tratar mal a las personas.

TaeHyung estaba decidido a hablar con él y enseñarle algo de educación formal, que al parecer no tenía idea de lo que era eso.

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Buenas buenas, aquí tengo el capítulo que debí de publicar a inicios de semana, pero me compliqué y no pude terminarlo. Espero que les guste, este es el inicio de todo. Muchas gracias por leerme *3*

La Ilusión Extraviada Where stories live. Discover now