▪︎ Capítulo 3

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—¿Crees que debamos contarle lo que hizo Daryl? —susurró Lena

—No lo sé, ya sabes cómo se pone. —contestó Kora, sin prestarle mucha importancia y retocándose el maquillaje

—¿De quién hablan? —irrumpió Melissa, apareciendo a sus espaldas. Ambas chicas dieron un respingo en su lugar. Pensaron que tardaría en los sanitarios— ¡¿Qué, les comió la lengua un ratón?! —con las manos en las caderas y el ceño fruncido.

Las omegas intercambiaron miradas dudosas, pero fue Kora quien explicó—: Es Daryl, dicen que se le declaró a un omega.

—¿Quién? —demandó, dejando ver más, su desagrado.

El alfa, según ella, era su destinado. Llevaba dos años intentando llamar su atención y que le dijeran eso... No podía aceptarlo.

—Louis Tomlinson. —habló Lena, esperando la peor reacción de su amiga. Algo habitual si se le permitía decirlo, porque Melissa era muy dominante.

—¡¿El omega que tiene su emprendimiento?! —bramó

—Sí, al parecer se conocen porque trabajan en la biblioteca.

—¡Maldita sea! —caminó de un lado a otro— ¡¿Y cuál fue su repuesta?!

Que elevara la voz de esa forma hizo que las omegas se encogieran en su lugar.

—Nadie sabe. Pero vimos a ese chico caminar con un oso enorme por los pasillos.

Melissa no dijo más, solo se marchó, tomando su bolso con un agarre descuidado.

Y todos los regalos que recibió ese día, quedaron ahí, aunque sabía que sus amigas cargarían con todo, sin tener que ordenárselos.



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Para el final de su examen, el cual rindió exitosamente; Harry salió apresuradamente del aula, para evitar la mirada curiosa de sus compañeros.

Recordó que en la primaria le había regalado un chocolate a un compañero y ese pequeño omega, lo había rechazado sin alguna razón, por lo mismo llegó a sentirse mal, porque no acostumbraba tener ese tipo de detalles con ningún interés romántico. Y ahora pasaba esto.

En un lugar apartado del campus, revisó minuciosamente su pedido. Todo se veía perfecto, exceptuando el detalle de la "S" faltante.

Con un poco de resignación frente al rechazo, hizo una lista mental de todo lo que tenía que hacer llegando a casa, lavar toda su montaña de ropa, por ejemplo. Después, se comería todo ese chocolate, esperando no caer en un coma diabético.

Entonces recordó su deuda y tal como lo había prometido, salió en busca de un cajero automático para retirar el dinero.

Estaba seguro que una transferencia hubiera sido más rápida, pero necesitaba de efectivo. En la anotación mental que hizo, recordó lo vacía que estaba su despensa y solo tenía diez dólares en la billetera. Debía pasar a un supermercado o conformarse con el yogurt caducado hace dos días y el paquete de galletas rancias que encontró en un cajón.

Sacudió la cabeza al imaginarse en la cama de una clínica, por intoxicación. Quiso llamar a su madre, pero se retractó al instante. Harry insistió en vivir solo, así que, tener comida en la alacena, era su responsabilidad.

De regreso al comedor, pudo ver a Melissa en la mesa de siempre, junto a un gran número de personas. Para evitar sentirse aún peor, eligió una mesa más alejada.

Puso la caja sobre la mesa, intentando ocultarla con su mochila, de su billetera sacó los dólares que después le entregaría a Niall.

Faltaban diez minutos, podía comprarse algo de comer mientras esperaba. Pero, algo que lo descolocó, fue ver a Melissa, caminando en su dirección. Maldecía internamente que su primera reacción fuera sentarse y revisar "disimuladamente" su celular.

《Amor  y Deudas》Omegaverse [L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora