Capítulo 8.

32 5 46
                                    

13/10/2017

Fiorella.

Pongo en orden los papeles que voy a utilizar, los coloco en una carpeta y salgo, llamo a un uber que va pasando para que me deje en la cafetería para tomar un café, no he aprendido a manejar así que por ende no tengo auto. Luego de unos minutos llego a mi destino, bajo del auto no sin antes pagarle al chófer.

Entro a la cafetería y sin querer mi mirada busca al pelinegro que me ha molestado desde que lo conocí pero no lo veo, me siento en una silla vacía y se me acerca un mesero.

—Buenos días, ¿Que desea ordenar?

—Un café y una torta de chocolate, por favor.

—Enseguida se lo traigo.

Repito mentalmente el plan que ideé anoche, si algo sale mal saldré jodida, muy jodida.

—Tenga su orden, provecho.

—Oye...—dejo la oración a la mitad esperando a que me diga su nombre.

—Matthew.

—Sí, Matthew, acá trabaja un pelinegro, alto, con un bonita moto, ¿Dónde está?

—¿Jake? Ni idea, no vino a trabajar hoy pero si quieres le digo que viniste buscándolo, ¿Cómo te llamas?

—Azul. Dile así, él entenderá.

—Está bien, yo le digo que viniste, azul. —me da la espalda y se va a atender a otras personas.

Termino mi orden, dejo el pago en la mesa y salgo a hacer lo estipulado para hoy. Llamo a otro Uber «Tengo que aprender a manejar, a este paso dejaré todo mi efectivo en Uber's» le doy la dirección y espero pacientemente a llegar a mi destino, la Universidad Intensiva de Diseño gráfico.

Después de esto puede que mis padres o más bien, mi madre, me asesine y me entierre en el patio de la casa, pero solo se vive una vez ¿No?

Le pago al chófer y  bajo detallando lo grande y hermosa que es esta Universidad, entro por unas puertas corredizas notando que por dentro es un más preciosa, todo está hecho de mármol, un muy precioso mármol, le pregunto a una chica que va pasando donde puede encontrar a una asistente y me señala una puerta, le doy las gracias y camino hacia allá, toco tres veces con mis nudillos y paso una vez escuchado el "adelante" de alguien detrás de la puerta.

—Buenos días.

—Buenos días, ¿En qué puedo ayudarle? —dice una señora de unos cuarenta años.

—Para la inscripción en el área de Diseño Gráfico.

—Bien, déjame tus papeles, que voy a suponer que traes contigo —le muestro la carpeta en mis manos— Bien, firma esto, escribe tu nombre y correo electrónico y yo te contactaré si entraste en los cupos disponibles.

Sostengo el bolígrafo azul que ofrece «El azul está en todas partes ahora» estampo mi firma y escribo lo que solicitó.

—Muy bien, te estaré contactando —observa el papel que rellené hace un momento— Fiorella.

—Esperare su mensaje, señora...

—Rosa, Rosa James.

—Muy bien, señora Rosa, hasta luego.

—Hasta luego, cielo, que pases buen día.

—Igualmente. —y salgo de la habitación.

Saco el móvil de mi bolsillo, presiono la pantalla tres veces y marco, al tercer tono contestan.

La chica de la cafetería.Where stories live. Discover now