Parte 4 Luna

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CAILI

La cena con mis padres, Jhonatan y Silvestre no fue más que un breve recuento de lo ocurrido a las afueras del domo.
Cameron y el angel siguen sin volver a la realidad y mi tío paso de cenar en casa, a encerrarse en la tienda de Freya. Dijo que necesitaba checar algo, me ofrecí ayudarle al igual que Eva—la humana protegía de Freya— pero alegó que se trataba de algo sin importancia.

Son alrededor de las dos de la mañana y no puedo dormir. Estoy sentada en la cornisa de la casa de mis padres en pijama esperando a que alguno de los tres aparezca dispuesto a decirme que les pico.

Los espero viendo el cielo. Esta noche las estrellas brillan más que nunca. La luna parece una inmensa esfera amarilla. Sería el escenario perfecto para una pareja de enamorados. Mi lado romántico y sentimental me incita a suspirar por ese amor verdadero que nunca podré tener.

—dudo que exista otro lugar en el mundo donde se pueda ver un cielo cómo este.

Me abrazo las rodillas contemplando el infinito cosmo, deseando que en verdad intentara comunicarse conmigo para trasmitirme ese preciado conocimiento del que tanto habla mi tío. <<pero supongo que para él tampoco soy digna de confianza>>

Mi madre y Cameron se han empeñado en decirme una y otra vez que soy especial, que el pasado duele, pero que no puede limitarme ya que el único ser que capaz de detenerme soy yo misma.
Se que aparento indiferencia y que muchas veces mando a la mierda a todos los que hablan a mis espaldas. Pero en mi interior guardo un abrasante secreto que no me atrevo a compartirlo con nadie, y es que el silencio de mi propio creador me asusta y lastima haciéndome sentir débil...porque no se que es peor, que me ignore o que se haya olvidado de que todavía existo.

Una estrella fugaz se desprende del cielo oscuro, cierro los ojos tratando de escuchar su voz en el sonido del viento que mueve las copas de los árboles, pero no escucho nada....No me dice nada y eso me duele.

—no se ni para que me molesto si es obvio que la única razón por la que sigo aquí es porque debo limpiar el desastre que dejo Demian.

Estiro las piernas en el tejado y no se si el ruido amortiguado que escucho es el ulular de un búho o algún nephil practicando sonidos silvestres en la madrugada. Me incorporo alerta con la ola fría que me hela el cuerpo y al ulular de antes se le une el inconfundible maullido perezoso de Bak, el gato Maine Coon visco y obeso de Freya.

Al ponerme de pie, descubro al felino saliendo de la casa de la nephil quien por lo que sé sigue de visita en el convento de España desde hace una semana. No veo a Eva por ningún lado, es la encargada de cuida al amargado gato cada que Freya sale del pueblo.

—seguro ya vas a escabullirte en las casas de los demás para espiarlos mientras duermen como el gato enfermo que eres.

El maldito gato pervertido, se cree el Sr. popularidad de Midnight Valley. Le encanta pavonearse por el pueblo dejándose mimar por todos mientras que a mi me lanza esa mirada de "te odio" cada vez que me ve. Hasta Cameron logro caerle bien luego de un intenso intentos, mientras que yo termino con rasguños y mordidas si se me ocurre tocarlo.

Se detiene afuera de mi casa en medio de la calle, mira hacia arriba como si supiera que estoy pensando en lo odioso que es, incluso juraría que me está mirando. Aveces pienso que tiene una mirada de asesino serial, algo así como Bundy pero en versión gatuna.

—¿que?—enfrento al gato—es la casa de mis padres, puedo estar aquí si se me pegue la gana.

Parpadea con toda esa cara de idiota que lo caracteriza, no entiendo como un animal de apenas cinco kilos y medio—que por cierto, tres kilos son de puro pelo— logra hacerme bajar a su nivel. Su maullido parece más un murmullo quejumbroso que me pone a pensar en que estará pensando.

La rebelión de los caídos 2  El ángel de la muerteWhere stories live. Discover now